EL GAS EN CARANZA

No puede extrañar a nadie la preocupación de la asociación vecinal del barrio de Caranza por la falta de inspecciones técnicas de las instalaciones domésticas del gas. La dilación con la que ha actuado –o mejor dicho, no lo ha hecho– la compañía responsable de las mismas ha propiciado que un 80 por ciento de las viviendas de la zona no tengan actualizada en materia de seguridad sus instalaciones, lo que conlleva un inevitable riesgo. Quienes lo han hecho no tienen por qué preocuparse. El problema es en aquellos hogares en los que los sucesivos cambios de normativa generaban en su momento un gasto al que más de uno no podía hacer frente. Como se sabe, frecuente era que dichas modificaciones propiciasen otro tanto en el sistema cuando ni tan siquiera se había amortizado la última reforma, algo habitual en las últimas décadas. Tal vez lo que se demanda es que estas normas se perfilen como más duraderas y eficaces en el tiempo. Buen negocio esto del gas.

EL GAS EN CARANZA

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