Antonio Banderas acaba de abandonar un gran proyecto cultural en Málaga. Dice el actor que está harto de las críticas, el acoso y hasta los insultos que está recibiendo de los de Podemos. Esto es lo último que hemos conocido, pero casos semejantes hay a montones, donde gobiernen o no, están imponiendo su ley, que no es otra que la de rechazar inversiones que en su opinión no comulgan con su ideario. Creen los de Podemos que hoteles, espacios de ocio, apartamentos turísticos, fondos de inversión inmobiliarios y un largo etcétera son fruto del capitalismo opresor. De nada vale que se les ponga blanco sobre negro que lo que ellos predican sobre la empresa, el ahorro y la inversión beneficia a todos y más a los que no tiene trabajo. No importa que la experiencia nos diga que no hay ningún lugar en el mundo donde hayan triunfado sus tesis de recortar el libre mercado. Es igual. Donde ellos se desenvuelven y desarrollan es donde las cosas van mal, la gente lo pasa fatal, hay pobres y cuantos más mejor. Ellos serán los salvadores, aunque la realidad no sea así. Eso sí, sus élites se enriquecen, se ponen sueldazos, se colocan. Si nos fijamos en las encuestas parece que en España aún mucha gente sigue comprando la patraña. Veremos cuando realmente haya que ir a votar. Donde han podido han colocado a los amigos, han regado de dinero a sus plataformas y organizaciones, han protegido a los que ocupan viviendas sobre los propietarios, da igual si son bancos o trabajadores, y por supuesto han subido los impuestos.
Tan es así que ayer en el Congreso, el imputado diputado de Podemos, Diego Cañamero, defendió una proposición de ley para que trabajadores del campo de Extremadura y Andalucía cobren el PER, una subvención, sin trabajar ni un solo día. Por supuesto la excusa son los malvados empresarios que explotan a los jornaleros. Subsidios y más subsidios. Para qué buscar soluciones. Es el mismo planteamiento que se tiene con los estibadores. Quieren seguir siendo un coto para que no entre ni un trabajador más al secto. Si los puertos se paralizan y el negocio se va a otros países, qué importa, ellos quieren su puesto de trabajo y sus condiciones de por vida. Veremos qué ocurre en el Congreso con el nuevo decreto de liberalización aprobado por el Gobierno. Estamos a punto de una multa millonaria y parece que a pocos les importa.