Increíble. El presidente de la CEOE, esa organización empresarial chupiguai que antes de quien lo es ahora tuvo por presidentazo a Díaz Ferrán, modélico empresario que fue condenado por vaciamiento patrimonial de la empresa, por el concurso culpable de la misma y por fraude a la Hacienda pública, que cesó tras quebrar todas sus empresas y un mes después de que el Juzgado de lo Mercantil de Madrid dictase el concurso de acreedores, no porque quienes le eligieron pusieran peros a unas artes carentes de toda ética empresarial que tenían que cheirar, “está preocupado por la dificultad surgida para formar gobierno” y junto con los sindicatos aquellos de los ERE fraudulentos, mariscadas y cruceros de placer, CCOO y UGT, “tratan los puntos en los que creen que se puede alcanzar pactos y elaboran presupuestos que garanticen…” …que sigan gobernando los partidos que les han venido prestando el cobijo legal necesario para seguir recibiendo subvenciones públicas que, gracias a la falta de transparencia o a la ingeniería contable, les permitan seguir financiando cualquier cosita ajena al destino principal del dinero que nos sustraen (legalmente) para ellos.
¿Acaso el asunto es de la incumbencia de esta panda de falsarios? Sí, claro, cómo no; sólo con un gobierno amigo mirando para otro lado pueden cometer las fazañas a las que están hechos.
Como aquellas del Villa aquel, el asturianín del sindicato minero SOMA, de inmenso poder también en el partido, bancos, instituciones y empresas, claro, que hizo y deshizo a su albedrío recibiendo y gestionando fraudulentamente los fondos mineros.
El mismo que cantaba puño en algo junto a Alfonso Guerra en Rodiezmo, todo socialismo, del auténtico, con igual caradura que Pujol en Cataluña trincaba obscenamente mientras hablaba de hacer país blandiendo la senyera. Por supuesto que todos ellos necesitan gobiernos estables, ¡no te fastidia! Y mantener sus mafias bien engrasadas con ese dinero público robado a manos llenas, para que llegado el caso se aplique en fraude de ley una doctrina Botín cualquiera. Con un par. Si una abogada del Estado canta en Sala que “Hacienda somos todos” es un slogan para idiotas, qué no nos desvelaría una noche de ronda, sin luz ni taquígrafos. Pues que a estos Rinconetes les importa un higo el ciudadano, la justicia y su bienestar.
¿Dónde estaban estos “preocupados por la dificultad de formar gobierno…” a la medida de sus necesidades… cuando, por ejemplo, se hundía el Restaurante Balboa de Santiago, víctima de la más burda inoperancia administrativa de la mastodóntica administración pública?
Extraigo de la hemeroteca un caso antiguo por no traer a colación uno reciente y ferrolano; igual al empresario no le hace gracia así que voy con un caso similar porque bien vale para ilustrar lo que quiero: “José Balboa erigió y condujo de forma exitosa uno de los templos de la restauración compostelana, el restaurante Balboa.
Abierto en 1986 en el barrio de A Rocha, pronto fue local de referencia para celebraciones masivas. Para ampliar el local, compró 10.000 metros cuadrados colindantes y, sin recibir aún la licencia tal como venía siendo usual con el ti vai facendo... Adelantó trabajo explanando lo que sería el aparcamiento… y llegó la orden de paralización y reposición al estado anterior de la finca.
Detrás de la orden, el Ayuntamiento, Augas de Galicia, Patrimonio, Medio Ambiente. Por lo que vamos sabiendo ¿habría ausencia de sobres tal vez? Mientras la burocracia se tomaba su tiempo, el banco actuó como sólo él sabe hacer y se quedó con todo; Balboa perdió el millón de euros invertido. La administradora concursal y el Ministerio Fiscal acusaron a Balboa de mala gestión sin aludir a la inversión inmobiliaria realizada y su abogado replicó que la tramitación urbanística fue la culpable”
¿Alguien lo duda? El propio juez que estimó el caso adujo que la paralización de las obras y la apertura de expediente administrativo que duró más de dos años impidió el normal desarrollo del proyecto empresarial, llevándolo a la insolvencia. Declaró fortuito el concurso y absolvió a José Balboa.
Sin propiedad y arruinado, ¡no se lo pierdan!, Balboa recibió al fin la licencia para poder ampliar su restaurante. ¿No es para volverse un ventilador de hostias?
¡Cómo patronal, sindicatos, PP-PSOE no van a estar preocupados! Como dice Balboa por experiencia propia, así no se apoya a la hostelería, ni al empresario ni se crea empleo. Pero… ¡que sigan los mismos!