ALGO extraño sucede entre los alcaldes barceloneses y los okupas. Una relación que lleva a los primeros a pagar cuantiosas facturas para que los segundos puedan seguir viviendo como antisistemas a todo lujo y sin poner un duro. El desalojo del banco ocupado en el barrio de Gracia de la ciudad condal sirvió para que se descubriera que el regidor Xavier Trias, de CiU, estuvo durante años pagando el alquiler del local para evitar que los muchachos que allí habitaban fueran desalojados. A eso hay que añadir la factura de la luz y la de la electricidad. Curiosamente fue Ada Colau la que mandó “aparar” y se negó a pagar la renta del bajo en cuestión, lo que terminó en desalojo e incidentes barrios. Eso sí, como para compensar la alcaldesa no dudó en echar mano del dinero de todos para pagar 10.500 euros, la factura de la electricidad de una fiesta okupa. No hay constancia de quién se hizo cargo de la minuta de la cerveza y la ginebra.