Un salvador deslumbrante

Soy bastante torpe en la realización de más de una tarea a la vez. No llego al grado de aquél presidente de Estados Unidos, del que se decía que era incapaz de andar y masticar un chicle, pero no voy mucho detrás. Si escribo un artículo puedo escuchar música, pero si hablo por teléfono no puedo corregir un texto. En general, las hembras son más polivalentes, de ahí que no se les ahoguen los cachorros o se les asfixien. Por ejemplo, varios padres han dejado a sus hijos en un automóvil cerrado, al sol, pero no ha sucedido eso con ninguna a madre.

El todavía ministro de Sanidad en funciones –en funciones electorales– a pesar de pertenecer al género masculino parece capaz de comandar las operaciones de la tercera ola del virus que nos arruina o nos mata, y, sin despeinarse, trasladarse en el mismo coche oficial de ministro a preparar un ensayo de mitin, o una de esas reuniones de precalentamiento que diría un coaching (entrenador para los que somos de pueblo).

Siguen muriendo en España, diariamente, el mismo numero de personas que ocuparía diez autobuses con los asientos ocupados, pero parece que el ministro en funciones (en funciones de doblete) puede atender todo eso sin que le tiemble el pulso. El pulso lo tienen alterado unas 80.000 familias españolas, que han visto morir a un padre, a un hijo, a un marido a una esposa, pero el ministro Salvador Illa tiene una capacidad casi sobrenatural. En países con gobernantes menos inteligentes y preparados como el nuestro ya habrían sustituido a un ministro por otro, pero es que aquí tenemos un gobierno que no pertenece a la media. Ni mucho menos. ¡Anda que no lo saben en la Unión Europea!

Yo solo espero que el nuevo/a ministro de Sanidad, aunque no se llame Salvador, al menos que no tenga por nombre Dolores o Angustias. Con una Consolación podría ser suficiente.  

Un salvador deslumbrante

Te puede interesar