Iker Jiménez, hijo putativo de Jiménez del Oso y de J.J. Benítez, especialista en misterios y avanzado para su tiempo, pues ya anda por el cuarto milenio, está metido en un follón. Dedicó un programa al “caso Vallecas”, el único expediente policial en el que se recogen fenómenos paranormales y se montó una buena. A parte de la audiencia no le gustó que diera credibilidad a unos hechos que muchos consideran un fraude. Le llovieron, le siguen lloviendo las críticas, y él se defiende asegurando que se ha desatado “una caza de brujas”. Una caza de elefantes cuando por el medio hay asuntos paranormales no parece lo más lógico; ni siquiera en Botswana.