El primer año de cualquier gobierno local que se estrena, está destinado a reparar los rotos que dejan los gobiernos salientes, a terminar lo empezado, a empezar lo comprometido, y a gestionar las urgencias; es lo que ha hecho el de Ferrol evitando levantar polémicas. En el segundo año subirá la exigencia ciudadana, y tendrán que aprobar un presupuesto económico adaptado a lo que los gestores municipales consideran importante ¿Ejecutar de una vez el Convenio con Defensa? ¿Adquirir suelo industrial? ¿Eliminar el talud de As Pías?
Ya se verá que planes hay, pero incluso si la propuesta fuera renunciar a proyectos estratégicos para financiar mejor el día a día, el problema seguirá siendo la búsqueda de los votos de Ferrol en Común y BNG, ya que el apoyo del PP se limitará a temas muy puntuales, y nunca a la aprobación del presupuesto, máxime cuando este año habrá elecciones autonómicas.