Paternina y paternidad

Recordemos en el día del padre a los padres de la patria. En este país de patrias y padres, es lo suyo. Tiene ella más padres que padres tienen los hijos, tanto es así que todos somos hijos de algún padre de la patria. Nunca son pocos, eso debemos pensar cuando no pensamos. Quizá sea que somos por naturaleza abundantes y en esa abundancia estúpidamente generosos, por qué, es de verdad necesaria esta necia paternidad.
Dice el refrán, “éramos pocos y parió la abuela”, en este caso se casó la abuela y tuvimos así otro padre.
Afirman los de Podemos que podemos y asienten los de Ciudadanos, y los ciudadanos gritamos “si podemos”. Pero es mentira, como mentira ese mundo regalado que anuncian todos a golpe de escaño y puesto remunerado.
A la decadente España le salen padres putativos como a la rancia nobleza hijos bastardos.
El padre más moderno, es Pablo, la nueva iglesia política, el apóstol que se cayó del caballo de la “apocalipsis” marxista encima de la moto de la modernidad nacionalista, la misma que nos quiere vender como innovación.
El hombre joven que viene a reformar lo viejo con lo prehistórico, su apoyo al nacionalismo así lo anuncia. Además, eso ya lo hizo el PP y el PSOE, pero ellos son viejos, nuevos, dice, son el PNV y Bildu, también el totum revolutum de Cataluña.
La paz se llama Otegui, la guerra Europa y la sociedad un cuerpo idiota al que vestir con lo anticuado en la arcaica sastrería de la nunca explicada novedad.

Paternina y paternidad

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