De un tiempo a esta parte, es bien frecuente encontrarse, para resolver algunos problemas sociales, con la atractiva apelación a la existencia de una tercera vía, de una posición ecléctica que se construye sobre elementos de otras perspectivas. Vaya por adelantado que la metodología de la tercera vía me parece propia de posicionamientos estáticos y rígidos que, precisamente hoy se intentan superar. Por tanto, ¿por qué una sola tercera vía? más bien, tantas vías cuantas surjan de la capacidad creadora de la libertad solidaria humana. Es muy tentador desnaturalizar el mercado con alguna suerte de intervención pública o liberar el Estado con determinadas dosis de mercado. Es una posibilidad. Sí. Pero me parece que está en las antípodas del pensamiento moderno. Para intentar resolver un problema, es menester esforzarse por olvidarse de viejas recetas y fijar la mirada en la realidad y en los seres humanos, en las personas concretas, en los problemas reales que tenemos los mortales.