PAULA “Carglass” Quinteiro lo dejó claro desde el principio: el escaño era suyo y de allí no la movía nadie. No es lo mismo ser una jornalera del Sergas que trabaja esporádicamente y se lleva a casa, cuando se los lleva, unos patacones que cobrar todos los meses 4.000 euros. Con ese dinero uno, o una en este caso, puede trabajar por la xente do común y hasta salir de troula nocturna para espetarle a un policía nos fuciños la acreditación de parlamentaria. Si ganaba la consulta, cómo se iba a ir y si la perdía, dado que era un referéndum ilegal –lo mismo que el de Cataluña, pero con menos votantes– cómo iba a irse. Ha salido derrotada, y por goleada, pero ha cumplido su palabra y ha advertido urbi et orbi de que se queda en O Hórreo por “responsabilidad política”. El grupo mixto siempre está necesitado de efectivos y si la expulsan de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, siempre tendrá acomodo en él. Los 4.000 euros se iban a quedar en calderrilla, porque anda que ni iba a chupar dietas ni nada por asistir a comisiones. FOTO: los por ahora compañeiros paula quinteiro y luís villares | aec