De perros, gatos y gaviotas

Estos días los ciudadanos pudieron poner la lupa, el microscopio, delante de las declaraciones en casos de defecaciones de los políticos que se retratan ante la opinión pública y enseñan su cara más agria, su vale todo, es la guerra o el más común de “leña al mono”.
Cualquier despistado puede comprar aquí o allá –a derecha o izquierda– lo que le venden sin querer mirar la mercancía, pero cada vez son más los que “catan” el producto, ejercitan la memoria y ven a su alrededor cómo estamos y dónde podemos quedar.
Tenemos a los del vídeo de los perros y gatos, agitando un slogan que ya retrata sus preferencias: a favor de los poderes financieros, las grandes empresas, los ceñudos seguidores de Rouco; suman los amnistiados por Montoro, los que cenaban homenajeando al adinerado exministro con millones en Panamá… Y no hará falta añadir los de “sé fuerte Luis”, “te quiero Rus”, “haré como tú, Matas” o los Fabra, Camps, Rita Barberá etc. Y es que como ya cuenta con la gaviota, un bicho carroñero, puede que eligiera la segunda acepción de gato que, según el diccionario enciclopédico de Plaza y Janés, es la bolsa en la que se guarda el dinero… 
Dicen las encuestas que, aunque baja, sigue siendo el partido con más votos. Imagino que no será por el vídeo donde al slogan se le une una música que no puede tapar la que “les suena” a los ciudadanos que, según la encuesta publicada por “El País” el pasado lunes, retrata la opinión de los españoles sobre la situación económica: para un 82% es mala y, además, el coste de la vida está subiendo. Y, por si fuera poco nos riñen por los incumplimientos económicos y los ciudadanos aseguran estar peor en cuanto a empleo, peor en la presencia internacional, irrelevantes en Europa y subcampeones mundiales de la desigualdad entre los ciudadanos. 
Y se apoya en un mensaje que es errático: unos días incluye al PSOE entre las fuerzas extremistas y otros les llama como socios para una gran coalición donde, dicen, están dispuestos a dejar la puerta abierta a Ciudadanos. Alternan el tono bronco con los elogios y se enredan, en sus propuestas de auxilio. Quieren seguir mandando en el BOE y controlando la administración. El manejo de las cifras que adornan sus discutibles logros es parejo a su autismo ante la corrupción. Y Mariano, otra vez, el político peor valorado.

De perros, gatos y gaviotas

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