Hay mucha preocupación en A Mariña lucense, la Galicia costera asomada al Cantábrico que sobresale por la belleza de sus pueblos y la cordialidad de su gente. Alcoa, la factoría de San Cibrao, reduce la producción por segunda vez este año debido al precio de la energía que le cuesta el doble que a sus competidores europeos, encarece su proceso productivo y pone en riesgo su competitividad.
“Parece el principio del fin, así empezaron Alcoa Coruña y Avilés”, dijo un miembro del Comité de Empresa. Los representantes de los trabajadores no ocultan su temor al no ver inversiones en la fábrica, en el puerto y en el embalse de lodos rojos, que está al límite y presenta un riesgo medioambiental de incalculables consecuencias.
Es preciso recordar que Alcoa San Cibrao es el motor económico de A Mariña. En su día, cambió por completo su fisonomía y su modo de vida que pasó de ser una zona agroforestal y pesquera a una comarca industrial y de servicios.
Hoy da empleo a unos 1.100 trabajadores en el complejo industrial y en torno a 5.000 en empresas auxiliares y en sectores como hostelería y servicios. Sostiene a miles de familias y da vida a toda la comarca que conforma un conjunto urbano desde Ribadeo a Viveiro, es la zona con mayor PIB de la provincia de Lugo y tiene una de las rentas per cápita más altas de Galicia.
La preocupación está, por tanto, justificada. Igual que la llamada del alcalde a la movilización “dun xeito profundo, sin consignas políticas”, para reclamar el estatuto que abarate el coste de la energía que devuelva la actividad normal a Alcoa.
A la convocatoria del regidor deberían unirse los políticos gallegos haciendo un alto en la vacación agosteña para defender a esta empresa estratégica y a sus trabajadores y para apoyar también a otras empresas gallegas que dan señales de alerta. Defender nuestra producción industrial es más importante que reivindicar las visitas al Pazo de Meirás y es compatible con la reclamación de los 700 millones que el Gobierno debe a Galicia.
“Hay futuro para Alcoa Coruña, el estatuto del consumidor electrointensivo garantizará su viabilidad”, dijo Sánchez en esta ciudad el 10 de marzo. ¿Por qué su gobierno no aprobó ese estatuto antes de entrar en funciones?
Esa irresponsabilidad gubernamental trae como consecuencia la incertidumbre que se cierne sobre Alcoa San Cibrao y otras empresas del sector y sobre del empleo de miles de trabajadores. A Mariña y Galicia deben tomar buena nota.