Las fugas de última hora

Podemos pensar que nuestros políticos puedan hacerlo bien o mal. Pero lo grave es que se descubre que están en sus partidos por conveniencia propia y no para servir el pueblo, que es el fin último de los que se dedican a gobernar. 

Simplemente miran sus bolsillos o egos personales. Fugas hubo muchas, pero a pocos días de las elecciones, que Garrido, que no fue elegido por su jefe de filas para el cargo que ostentaba, se pase a otro partido, Ciudadanos, para ir en los puestos de cabeza de su formación, pues como que huele muy mal. No me gustan los traidores. 

Pero menos quien los mantiene, y en este caso debemos recordarle a Garrido la famosa frase de “Roma no paga traidores”. 

No le quedan más de cuatro años de vida política para pasar al ostracismo. Las ideas políticas en España son tan amplias que se reducen a una sola, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Las fugas de última hora

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