La Fundación Barrié ofrece la muestra de su Colección de pintura contemporánea, cuya filosofía, según su comisario, David Barro, pretende responder a la pregunta :”¿De qué hablamos cuando hablamos de pintura hoy?”; propuesta, desde luego, arriesgada, por cuanto el eclecticismo y los más insólitos experimentos, hechos visibles por la globalización y por internet, presiden las manifestaciones del arte actual.
Difícil, pues, hablar de estilo o de tendencias, pues la subjetividad es la norma y, en muchas ocasiones, lo es la graciosa ocurrencia. Ningún canon fijo puede ser aplicado hoy y, si ello da pie a originales creaciones, también permite la aceptación de experimentos impensables incluso para las vanguardias más atrevidas. La Colección de Pintura Internacional de la Fundación Barrié es la más joven de España, pues se inició en 2008, pero cuenta ya con medio ciento de artistas, la mayoría de las generaciones del 90 y del 2000, porque,- según D. Barro-, las décadas del 70 y del 80 ya están bien representadas en otras colecciones. Así que, la idea inicial fue la de huir de la repetición y dar entrada a nuevos valores, lo que exige, amén del rigor, “cierta dosis de riesgo y aventura”.
Destaca también D. Barro el carácter caleidoscópico que encierra hoy el término pintura, pero ya Humberto Eco hace varias décadas, había señalado la actual como la época de la obra abierta y Octavio Paz como la de la tradición de la ruptura; se habla ahora de desbordamiento del marco, de pintura expandida, de indefinición espacial, de acercamiento a lo arquitectónico, etc; predominando, a menudo, lo conceptual o la idea sobre la realización formal.
Lo híbrido, lo proteico y la puesta en cuestión de la imagen, que no deja de ser mera eidola ( ídolo, en el sentido platónico) son constantes del arte actual y ello se manifiesta también en la Colección que reseñamos, donde, desde La maleza de Ignaci Abasí se pone ya el acento en la dificultad de ver y la poética de lo oculto se abre paso hasta la inabarcable inmensidad de lo cósmico, como ocurre en Noches de esperanza de Sandra Cinto y de un modo mucho más fascinante en Tilted Lanscape II, del coruñés Pedro Barbeito, obra elipsoidal que habla de la infinita red de conexiones en que vivimos.
Por el medio, aparecen color, movimiento, cuerpo, gesto, viaje..., culminando en la reflexión barroca El despertar de M. Vilariño.