Nuestro Ferrol lleva casi medio siglo de bandazo en bandazo, desde aquel lejano, pero inolvidable, 10 de marzo de 1972. Las noticias positivas y agradables, disminuyeron, como disminuyeron los habitantes; a la vez que las desagradables aumentan como aumenta el paro y los pisos vacíos en la ciudad. Todos andamos algo deprimidos al sentir la falta de ilusiones y proyectos allí por donde te muevas.
Una de cal. Estos días celebramos la formación de un nuevo Gobierno de España de ideología de izquierda, sí de izquierda, que casi dábamos por desaparecida, una izquierda progresista, prudente y fiel a unas columnas que la sostienen, incluso sin partido: libertad, derechos, igualdad, respeto, redistribución de la riqueza y corresponsabilidad. La procedencia de los miembros del Gobierno es variopinta, pero lo bueno está en que coinciden en los ideales citados. La derechona sigue con el estribillo “los comunistas, los comunistas nos llevarán hacia la estructura de Venezuela, harán desaparecer la propiedad privada, doctrinarán a los niños”, y otras sinrazones.
Pero se ha equivocado la triderecha, no hay más que seguir las actividades de la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que pronto se hará muy popular, pues estos días sale en los medios tanto, que hasta Esther Williams la envidiaría, una mujer marcando el ritmo del cambio.
Yolanda Díaz es de Ferrol, con raíces de fuera de puertas, en el Bertón vivieron sus abuelos paternos y su padre y tío. Yolanda tiene la formación teórica en leyes, con especialidad en el mundo laboral y, además de teoría, se formó en la praxis, vivió en la familia la lucha por mejorar la situación de los obreros, su padre fue represaliado y conoció la cárcel. Además de llevar la cartera que mejor le encaja, es una mujer con una fuerza vital arrolladora, muestra una ilusión por su trabajo que hacía tiempo no sentíamos, y por último, su oratoria es ligera, pero completa y fácil de comprender. Se nota que está celebrando haber alcanzado lo que deseaba, en noche de entrega de Goyas, ella sonreía como si hubiese conseguido el mejor.
Yolanda, “enhorabuena”, ayer te aplaudieron en la Sexta Noche, porque muchos de los que estaban allí, te agradecían los “50 euros” de incremento salarial. Eso fue el comienzo, un precioso comienzo, ¡por favor sigue sin descanso!, demuéstrales a los que difaman y mienten constantemente, que ser socialista, comunista o de izquierdas es para mejorar a la mayoría más débil, y esa finalidad se adapta totalmente a la estructura democrática de España, no hay que intentar semejarse a China, ni a Cuba, ni a Corea del Norte, ni tan siquiera a Venezuela.
Que se enteren de que la izquierda no lucha por llevar a todos los ciudadanos a vivir en una bodega, sino para sacarlos de la bodega e instalarlos en una vivienda digna, con un salario suficiente. De alguno forma Ferrol se siente cómplice con tus éxitos, y para los ferrolanos y ferrolanas puedes llegar a ser un referente, si no lo eres ya.
Otra de arena. ¿Dónde se encuentra la Banda Municipal de Música? La Banda de Ferrol es muy buena, no soy especialista en el tema, pero cuando al escuchar sus conciertos te tranquilizas, o te alegra, o te hace soñar, claro que es muy buena. La música es una necesidad como el agua. ¿Puede alguien imaginarse que va a pasar un año sin escuchar música?, no resistiría. Las bandas son el enlace entre la música clásica de orquestas sinfónicas y la música y el canto popular. Con el canto popular se destacan nuevos cantores o instrumentistas que pueden pasar a las bandas y desde las bandas se destacan maestros que suben a las orquestas sinfónicas.
En Ferrol existen otras bandas como la de la Marina de Guerra, la Banda de Música del Tercio Norte, y otras de carácter religioso, de las cofradías que acompañan las procesiones de Semana Santa. Todas tienen sus sitios y sus estilos. Como Ferrol ya no es cien por cien militar, una banda municipal es imprescindible. Los programas de los dos últimos años fueron muy oportunos, tanto el de invierno en el auditorio, como los de verano por los diversos barrios, el de Caranza entre la ermita centenaria al sur y Navantia al oeste, debajo de unos árboles que nos amparaban del sol radiante, es una maravilla. Maravilla que no hay que ir a buscar recorriendo Europa, la tenemos aquí, sólo hay que participar.
Según los medios de comunicación, el problema está en pagar las becas, unos 200 euros al mes cada músico, lo mismo alcanzan los becarios en otras autonomías. No sé cuanto alcanza el total, pero no creo que haya que abandonar la banda porque no llegan los euros, quizá existen otros conceptos menos importantes que esta parte de la cultura. Traten de negociar con los responsables, intenten llegar a un acuerdo. Si no puede ser de 33 becados y maestros, pues se reduce algo, pero no nos dejen sin poder oírla. Se lo agradecerán hasta los chicos de las residencias que son invitados los domingos.