Las ruinas del edificio del Bambú Club, en el barrio de Recimil, podrán dejar de verse en el plazo de una semana. Son las previsiones más optimistas que maneja el departamento municipal de Urbanismo, dirigido por Guillermo Evia, que señaló que, en el peor de los casos, los trabajos de demolición finalizarán en dos semanas. Ayer por la tarde comenzó a derribarse la construcción con ayuda de maquinaria pesada. Ante una gran expectación los operarios de la adjudicataria, la empresa Xestión Ambiental de Contratas, comenzaron la tarea. Tras retirar la madera de las vigas, que se almacenó temporalmente en la cubierta, a media tarde comenzó a caer parte de la fachada del emblemático edificio. El edil de Urbanismo, que valoró el hecho de que esa imagen “lamentable” deje de formar parte del barrio, incidió en que la maquinaria permitirá agilizar la demolición y minimizar riesgos.
Finalizado el derribo comenzarán las tareas de reposición de aceras y calzada y se acondicionará el solar. Sobre la futura reconstrucción, Evia incidió en que “no es el momento de hablar del tema”, señalando que el asunto se abordará una vez acondicionado el suelo.
El plazo de ejecución de los trabajos, valorados en 108.000 euros, es de cuatro meses.