El alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, realizó ayer una valoración de la situación económica del sector naval en la comarca tras la adjudicación del contrato de fragatas para el gobierno australiano a la firma británica BAE Systems. El regidor local lamentó una decisión que calificó de política –en referencia al trato deferente del país oceánico en favor de su aliado en la Commonwealth tras la votación del Bréxit– pero aseguró que Ferrol contaba con muchos otros proyectos importantes para el sector naval.
“Creo que existen motivaciones más allá de las técnicas para la no adjudicación de este contrato. Navantia se presenta a una infinidad de contratos a nivel mundial a lo largo de todo el año y es lógico que no siempre se puede ganar, pero creo que aunque sea una noticia negativa hay que afrontar el futuro con esperanza de cualquier modo. Tenemos el proyecto de las fragatas de Defensa, hay que trabajar en ese sentido y buscar otros objetivos para que eso repercuta en la creación de puestos de trabajo y en la mejora de las condiciones retributivas de los trabajadores”, aseguró en referencia al proyecto de las cinco fragatas F-110 para el Estado que supondrá una inversión de 4.000 millones de euros.
“Debemos incidir, ahora que hay un cambio de gobierno en la urgencia de ese plan industrial para rejuvenecer los cuadros de personal y que la modernización de la factoría a través del Astillero 4.0 sea una realidad. Era un contrato en el que se tenían puestas las expectativas pero que en definitiva no iba a generar tantos puestos de trabajo como sí va a generar los contratos de los grandes buques”, añadió.
Futuro en la eólica marina
El regidor, que el pasado viernes participó en el acto de apertura de la tercera edición del Galician Offshore International Hub, aseguró que existía un gran potencial tanto a nivel económico como industrial y laboral en el sector de los generadores marítimos. Suárez valoró no sólo la capacidad de crear nuevos puestos de trabajo gracias al personal especializado con el que cuenta la comarca, sino las tendencias supranacionales hacia un modelo energético limpio con un impacto mínimo en el medio ambiente.
“Creo que con los avances técnicos existentes es posible hablar de energía “offshore” de eólica marina para suministrar electricidad a nuestro país. Es la energía considerada más limpia, que así lo avala Greenpeace, que no se ve desde la costa y que genera puestos de trabajo en su construcción y mantenimiento, y que no es tan agresiva como la eólica terrestre, que vemos que en zonas paisajísticamente óptimas como Cedeira se ven dañadas con esos molinos, y que la eólica marina está preparada para, a través de estructuras flotantes, poder dar servicio a la comunidad”, concluyó. l