La Marina Australiana evita señalar el diseño Navantia como causa de los problemas de propulsión de los LHD

La Marina Australiana evita señalar el diseño Navantia como causa de los problemas de propulsión de los LHD

La Marina Australiana (RAN, por su siglas en inglés), continua investigando los problemas de propulsión detectados hace más de un mes en los dos buques de asalto anfibio diseñados y construidos parcialmente por Navantia, el “HMAS Canberra” y el “HMAS Adelaide”.
Los LHD permanecen desde marzo amarrados en los muelles de Sydney donde están siendo examinados por ingenieros de Navantia, así como de Siemens –que suministró los dos propulsores de 11 megawatios de cada buque– y de BAE Systems, socia del astillero español en este proyecto y fabricante de los sistemas de combate y comunicaciones de los LHD, también encargada de su mantenimiento. Todo ello coordinado por la Real Marina Australiana. 
Durante estas semanas se ha aludido a diferentes causas para tratar de justificar el origen del problema, sin que por el momento se haya podido certificar un error concreto. En un primer momento se relacionó el fallo con unos fragmentos de metal hallados en los lubricantes de los propulsores del “Adelaide”. También se apuntó a una posible mezcla de carburantes o al uso de combustible inadecuado, hipótesis todas ellas rechazadas de forma oficiosa por la Marina Australiana.
Otra de las teorías que surgió durante la primera semana –incluso desde la propia RAN– señalaba directamente al diseño de Navantia, a pesar de que las tres empresas tuvieron una significativa participación en el diseño y la construcción de los propulsores tipo azipod.
Una acusación que se ha ido diluyendo en los últimos días. El máximo responsable de la marina oceánica, Tim Barrett, explicó recientemente ante el Senado que, aunque los ingenieros no descartan ninguna opción, no se puede apuntar directamente a un fallo del diseño.

Presiones intencionadas
Se da la circunstancia de que estas acusaciones, que podrían afectar al prestigio de la firma en Australia, se dan a pocos meses de que la RAN decida a quien otorga la construcción de nueve fragatas –programa SEA 5000– por valor de casi 30.000 millones de euros, un contrato histórico por el que Navantia pugnará con la italiana Fincantieri y, precisamente, la británica BAE Systems.
Aunque desde el astillero han evitado pronunciarse sobre la existencia de una posible campaña de desprestigio contra Navantia, no son ajenos a que este tipo de estrategias de presión existen cuando se trata de conseguir un proyecto de estas dimensiones. 
El contratiempo, detectado durante unas pruebas de mar, ha generado una enorme controversia en el país y ha suscitado las críticas, especialmente, de aquellos detractores de encargar la construcción de sus buques de guerra a astilleros extranjeros. Y es que Navantia se ha convertido en la firma que más y mayores contratos de la armada australiana ha conseguido en la última década.
Las autoridades militares australianas han calificado estos problemas como “menores y subsanables” y aunque no han querido concretar una fecha para la vuelta a la operatividad de los LHD, confían en que sea antes del mes de octubre. l

La Marina Australiana evita señalar el diseño Navantia como causa de los problemas de propulsión de los LHD

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