El problema de la masificación de puestos en la feria de Ferrol –la alameda del Carbón está repleta de puestos ambulantes, en su mayoría sin autorización– se ha trasladado también a los mercadillos que se instalan en otros barrios como O Inferniño, Recimil o Caranza, lo que ocasiona, además, problemas de convivencia que han sido denunciados desde diversas entidades vecinales.
De la asignatura pendiente de la regularización de puestos y ordenación de las ferias ya ha tomado nota el nuevo equipo de gobierno, una cuestión que, como aseguró el edil de Seguridad, Germán Costoya, es un objetivo que “ocasionará molestias y llevará su tiempo, pero es necesario”.
Por eso, desde el Concello, con un trabajo transversal de las áreas de Seguridad, Mercados y Patrimonio, se pretende ordenar esta actividad económica tanto en lo que se refiere a contar con puestos en buenas condiciones para desarrollar su labor como para salvaguardar los derechos de los compradores.
La llegada de muchos vendedores ambulantes, la mayoría de nacionalidad rumana, que se han instalado en las ferias complica la situación, dada la irregularidad en la que se encuentran estas personas. Estos colectivos son precisamente los que más quejas están provocando entre los vecinos de las zonas donde se instalan las ferias y mercadillos de la ciudad, en cuanto a limpieza, ruido u ocupación de espacios públicos con sus vehículos, que sirven incluso de vivienda.
Aunque el trabajo no tendrá resultados de un día para otro y el control, ordenación y regularización de los mercadillos llevará su tiempo, desde el área de Seguridad, que dirige Germán Costoya, se explicó que no se partirá de cero, porque la Policía Local tiene constancia de muchas de las situaciones que se han venido generando en estos últimos años, por lo que, indicó el edil, “sabemos en lo que hay que incidir, aunque lleve su tiempo”.
Caranza
Aunque en Ferrol Vello ya se elevaron quejas por el estado en el que queda la plaza del Carbón o por la ocupación de espacios libres por parte de vehículos y furgonetas de vendedores irregulares, ha sido Caranza el barrio que ha conseguido, al menos de forma puntual, que se tengan en cuenta las quejas ciudadanas con respecto a este colectivo que se instala en el mercadillo sin autorizaciones y sin cumplir las normas de convivencia y buena conducta. Así, el pasado fin de semana la Policía Local desalojó a más de una quincena de irregulares, por no contar con la documentación necesaria y por incumplir las normas.
La presidenta de la AVV Cuco Ruiz de Cortázar, Mapi Rodríguez, explicó que los días de mercadillo –el de Caranza lo gestiona de forma directa la AVV y no el Concello– se instalan decenas de vendedores irregulares, la mayoría rumanos, en las calles, con mantas en el suelo y mercancía sin autorización. Los vecinos se quejan de que ponen música desde las cinco de la mañana y de que dejan todo tirado una vez concluida la ventae incluso han denunciado que defecan en portales de viviendas. Aunque desde la entidad se han dirigido a ellos, explica Mapi Rodríguez, “y les advertimos en julio de que si persistían en su actitud y continuaban colocando la mercancía avisaríamos a la Policía”, lo único que provocó la advertencia, apunta la responsable vecinal, fueron enfrentamientos, insultos y amenazas hacia directivos de la asociación”.
Por eso, el pasado sábado se dirigieron telefónicamente a la Policía Local, que se personó en la zona y desalojaron los puestos ilegales, haciendo cumplir a estas personas las normas y el respeto tanto por el mobiliario urbano como por los espacios públicos.
La entidad vecinal no ha dudado en agradecer públicamente y a través de un escrito enviado al área de Seguridad esta medida, asegurando que la atención de la Policía “ha contribuido a mejorar la calidad de servicios y de vida de los vecinos del barrio y, además, lo han hecho con gran profesionalidad y rapidez”.