“Nuestro objetivo es que sigan existiendo estos estudios en Ferrol, que son únicos en Galicia”

“Nuestro objetivo es que sigan existiendo estos estudios en Ferrol, que son únicos en Galicia”
alberto ramil es el director de la politécnica superior jorge meis

El próximo curso, la Escuela Politécnica Superior de Esteiro (EPS) implantará el nuevo Grado de Ingeniería Naval y Oceánica. El título –único en el Sistema Universitario Gallego– es el resultado de la fusión de las dos carreras –Grado en Arquitectura Naval y Grado de Ingeniería de Propulsión y Servicios del Buque– que desde el curso 2010/2011 se imparten en el centro como consecuencia de la adapatación de las universidades al Espacio Europeo de Educación Superior, conocido como Plan Bolonia.
En estos tres últimos cursos, el número de matriculados ha sido muy bajo en ambos, sobre todo si se tiene como referencia la cifra de 45 alumnos que, como mínimo, han de tener a partir de 2015 todos los grados en primer curso para poder seguir impartiéndose, tal y como fija el decreto de la Xunta. Por ello, ya el pasado curso, la Politécnica Superior, dirigida por Alberto Ramil Rego, decidió actuar con la mayor celeridad posible para atajar el problema. El resultado ha sido un nuevo título que aglutina las dos especialidades y que, además, ofrecerá la posibilidad de recibir parte de la docencia en inglés.

¿Cuál es el objetivo de la EPS con la implantación de este nuevo título?
El objetivo es mantener la docencia de esta titulación en la escuela. En los grados actuales hemos tenido, sobre todo en el de Propulsión y Servicios del Buque, muy pocos alumnos, y nos pareció que era más oportuno hacer un único grado. Un nuevo grado que incluye esta dos especialidades de las ingenierías técnicas y que además se puede cursar en parte en inglés. Es un título más atractivo y esperamos que consigamos más alumnos.

¿Cuántos alumnos hubo en las dos titulaciones actuales desde que se implantaron?
El primer curso, el 2010/2011, hubo 27 en Arquitectura Naval y 11 en Propulsión y Servicios. En el curso siguiente (2011/2012) fue cuando menos matrículas hubo, 19 en Arquitectura Naval y 5 en Propulsión, y en el actual hay 27 y 20 alumnos, respectivamente.

¿Se estaba produciendo ya un descenso antes de la implantación de Bolonia o fue determinante esta adaptación?
Los alumnos que había en Navales fluctuaban bastante, pero siempre había como mínimo 50 alumnos. Había además las ingenierías técnicas –que se impartían en Serantes– y el número de alumnos entre la titulación superior –denominada ya antes de Bolonia Ingeniería Naval y Oceánica– y las técnicas era de unas 80 o 90 personas por curso, por eso nos sorprendió mucho el descenso con los nuevos grados. De hecho, basándonos en las cifras anteriores, a la hora de configurar los nuevos grados pensamos que sí habría alumnado para hacer dos titulaciones de navales. Pero fue un cambio muy brusco. A las titulaciones de navales, el grado nos afectó mucho. Para resolver el problema, lo que más sensato nos pareció fue unificar los dos títulos en uno.

¿Qué potencialidades destacaría del nuevo Grado de Ingeniería Naval y Oceánica?
En lugar de estar tan especializado, nos quedamos con lo más importante para cubrir las competencias fundamentales de las dos especialidades. Esto también puede ser más interesante de cara a los alumnos. El de Propulsión quedó como un poco relegado, y es un sector que tiene demanda. Nos parece que los alumnos saldrán mejor formados.

¿Qué salidadas laborales se les presentan a los actuales titulados en ingenería naval?
Los graduados tienen las competencias del igeniero técnico naval, así que pueden optar a todos los puestos que antes cubrían estos profesionales y también parte de los ingenieros industriales, tanto en astilleros como en otro tipo de industria. Por ejemplo, en Ferrol hay mucha industria auxiliar que trabajaba para Navantia y que está trabajando para otros sectores, como en las plataformas petrolífeas de Noruega, otras en Hispanoamérica... Tienen salidas allí donde haya una explotación marina, no tienen por que ser solo barcos, sino cualquier instalación que haya que poner en el océano, relacionada con la explotación en el mar. Ahora mismo se está trabajando mucho en la energía eólica marina y hay muchas empresas imporantes que van a requerir desarrollo y trabajo de ingeniería para ello, es un sector de futuro. En España se está empezando pero hay perspectivas de que sea un sector importante y donde tendrán trabajo muchos titulados.

¿Qué dicen en la actualidad los datos de inserción laboral de estos titulados?
Según los estudios actuales, seguimos siendo de los grupos con mejores cifras de inserción. El del Observatorio Ocupacional de la Universidade da Coruña revela que, a pesar de la situación del sector naval, los titulados en ingeniería naval siguen siendo de los grupos con mejor inserción laboral. Aunque hay problemas para todos, los de ingeniería naval siguen estando en la parte alta de la tabla.

Hace poco estuvieron en la escuela que usted dirige representantes de un astillero de Holanda en busca de ingenieros para trabajar en Hispanoamérica. ¿Cada vez son más frecuentes este tipo de acciones de firmas extranjeras en busca de titulados ferrolanos?
En ciertos países de Europa, como por ejemplo Alemania y en otros, hay problemas porque hay pocos titulados en ingeniería. Afortunadamente, los titulados en ingeniería naval, y en general en cualquier ingeniería, son muy apreciados en Europa porque saben que tienen una buena formación. Hace unos días vinieron representantes del astillero holandés Damen, uno de los más grandes de Europa e importantes del mundo, con los que venimos colaborando desde hace tiempo, ya que están interesados en buscar a los mejores titulados para que trabajen en su empresa. Ellos están expandiéndose ahora por Hispanoamérica, y necesitan ingenieros. Al ser países de habla hispana los de aquí tienen un valor añadido.

¿Cómo está afectando la delicada situación que atraviesa Navantia a las relaciones de colaboración con la EPS?
Antes, por ejemplo, había unas prácticas para hacer en verano que este año ya no se hicieron. En Navantia hay muchos problemas y esto también afecta a aquellas actividades que hacíamos de forma conjunta y que para nosotros eran muy interesantes, sobre todo el tema de las prácticas y la posibilidad de que los titulados se pudieran quedar a trabajar en el astillero.

¿Por qué han decidido ofrecer la posibilidad de que se pueda cursar parte del nuevo grado en inglés?
Nos parece importante porque, entre otras cosas, los ingenieros navales tienen muchas salidas en el extranjero, es un sector que está muy internacionalizado. Además, esperamos captar más alumnos; creemos que es un valor añadido.

¿Cree que con el nuevo título se resolverá el problema antes de 2015, cuando entrará en vigor la exigencia del mínimo de alumnos?
Tengo la esperanza de que, con las modificaciones que estamos haciendo, no tengamos problemas para llegar a los números que exige la Xunta. Nosotros quisimos adelantarnos al problema e ir tomando medidas, porque nuestro objetivo fundamental es que sigan existiendo estos estudios en Ferrol, que son únicos en Galicia. Haremos todo lo posible por preservar esta titulación.

“Nuestro objetivo es que sigan existiendo estos estudios en Ferrol, que son únicos en Galicia”

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