Una inquilina de las viviendas de Recimil desde hace unos doce años y residente en la calle Mugardos ha denunciado públicamente el estado en el que quedan algunas viviendas tras ser abandonadas por okupas irregulares, sin que el Concello tome medidas al respecto.
La afectada, que apunta que abona regularmente su alquiler de unos 80 euros, explica que el piso superior al suyo ha estado ocupado una temporada y, aunque no ha tenido problema ninguno con la persona que residía irregularmente en esa vivienda, tras su partida –el individuo fue noticia recientemente por precipitarse por la ventana del inmueble–, sí se ve ahora afectada por la presencia de pulgas, ventanas abiertas y un piso sin cerrar ni tapiar, con los consecuentes problemas que acarrea al vecindario.
La arrendataria explica que ya se ha informado de esa situación a los agentes de la Policía Local y aunque se le ha indicado que está previsto tomar medidas, han pasado las semanas y nada se ha hecho al respecto, denuncia.
Asimismo, critica que aunque los inquilinos deben hacerse cargo de las actuaciones de mejora en el interior de los inmuebles, los espacios comunes pertenecen al Concello, como propietario del parque de viviendas y se encuentran en mal estado y sin que se efectúen las reparaciones pertinentes en escaleras o portales (con la peligrosidad que supone”, indica.
La residente en esta infraestructura pública dice no entender en qué se invierte el dinero de los inquilinos que pagan sus mensualidades, ya que no se realizan mejoras en las zonas comunes.