Ante un equipo tan físico, intenso y de calidad como el Queso Zamorano hay que jugar concentrado de principio a fin. Todo lo que no sea estar al cien por cien es conceder demasiadas facilidades y eso fue, precisamente, lo que le pasó al Baloncesto Narón en una contienda en la que los locales no saltaron a la cancha al nivel de exigencia que el encuentro requería. Su “falta” se saldó con un parcial inicial de 9-23 en el primer cuarto, que lastró a los pupilos de Pablo Rodríguez prácticamente todo el partido.
Poco a poco, los naroneses mejoraron su rendimiento, sobre todo a nivel defensivo. Algo que resultó insuficiente, puesto que en ataque seguían sin estar fluidos. Por eso, aunque rebajaron considerablemente la anotación de su oponente, fueron incapaces de ver aro con facilidad. Con todo, redujeron la distancia a nueve puntos de cara a un segundo tiempo en el que, sin embargo, no fueron capaces de despegar solapados por el juego físico de un Zamora que, tanto en el interior como, sobre todo, por fuera, resultaba muy superior.
En el último cuarto, el Narón acortó distancias desplegando una defensa en zona que sorprendió a su oponente. Sin embargo, el cuadro castellano-leonés le devolvió la moneda con esa misma disposición defensiva y, ya en la recta final, fue al cuadro local al que se le atascó el ataque. El Queso Zamorano aprovechó para salir al contraataque con peligro y anotar con facilidad, “rompiendo” de forma definitiva el partido.
Se consumó así la sexta derrota consecutiva de un Baloncesto Narón que, tras medirse a muchos de los equipos de la zona alta de la tabla, se verá a partir de ahora las caras con equipos que están por debajo y ante los que no debe fallar si no quiere verse en apuros.