Le extraen del cuerpo un muelle metálico que le provocó dos trombos y apendicitis

Le extraen del cuerpo un muelle metálico que le provocó dos trombos y apendicitis
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El vecino de Valdoviño Cipriano Orjales Tenreiro, de 71 años, está hospitalizado en el Arquitecto Marcide después de haber sido sometido a una intervención quirúrgica en la que le extrajeron un  muelle metálico de alrededor de cinco centímetros de largo que tenía alojado en un costado y le perforó el apéndice. La existencia de dicho objeto en el interior de su cuerpo no se conoció hasta el momento de ser operado, ya que él entró en el quirófano a causa de lo que parecía ser una simple apendicitis.
Según relató ayer a este periódico el propio paciente, todo apunta a que el muelle en cuestión quedó olvidado en una vena cuando hace nueve meses fue sometido a una operación de próstata, única ocasión en la que hasta ahora había pasado por las manos de los cirujanos.
“Cuando fue lo de la próstata me pusieron una vía en el cuello y parece ser que, al retirarla, el alambre quedó ahí y estuvo recorriendo todo mi cuerpo”, comentó Cipriano Orjales, asegurando que antes de ahora ya tuvo problemas cuyo origen está en el citado muelle. De hecho, según le indicaron los médicos, también fue el causante de dos trombos que sufrió en los últimos meses, por lo que llegó a estar hospitalizado once y doce días.
En la presente ocasión, llevaba una semana sufriendo un fuerte dolor en el costado derecho, por lo que acudió a su médico de familia, que le diagnosticó la posible existencia de gases. Pero como no mejoraba, un día decidió coger su coche y acudir al servicio de Urgencias del Marcide, y a las dos horas ya estaba en el quirófano.
Según Cipriano, el cirujano que lo operó le mostró después la causa de todos sus males, que no era ni más ni menos que un trozo de alambre de unos cinco centímetros. Pero el problema no se termina ahí, puesto que al extraerselo le rompió una parte que continuó su “peregrinar” por el cuerpo y ahora está alojado en una pierna, a la altura del tobillo. Su localización fue posible a través de un TAC y, al parecer, el metal está incrustado entre la vena y la carne, por lo que es probable que no vuelva a moverse.
De todos modos, el paciente continúa hospitalizado, en espera de los resultados de unas pruebas que le realizaron y cuyos resultados tienen que venir de A Coruña. Entonces sabrá si tiene que someterse a una nueva intervención quirúrgica.
Tanto Cipriano como su familia –está casado y tiene una hija– no dan crédito a lo que le está pasando y han decidido darlo a conocer para que casos como este no se repitan.

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