Los duques de Sussex tuvieron ayer su primera jornada de actos durante su visita oficial a Marruecos. En su cargada agenda, Harry y Meghan Markle demostraron a los marroquíes la espontaneidad de la que hacen gala en su vida. De hecho, la duquesa, embarazada de su primer hijo, se atrevió incluso con una de las tradiciones locales y se hizo un tatuaje de henna en la mano.