Natural de Barcelona (1976)y residente desde hace diez años en Ortigueira, la India ocupa también un lugar muy importante en la vida de Rosa Sallent. Hasta allí viajó por primera vez hace ya más de 15 años, inspirada quizá por la película “La ciudad de la alegría”. Lo hizo sola, con su mochila a la espalda y dispuesta a disfrutar al máximo de la experiencia. No solo lo consiguió, sino que a esta esta primera escapada, de un mes y medio, sucedieron otros cuatro –en uno de ellos, realizado al terminar sus estudios de Trabajo Social, estuvo un año entero–.
Del último, el realizado el pasado septiembre, regresó, además de con las habituales buenas sensaciones que le reportan sus reencuentros con la cultura y gentes del país, con cientos de fotos en su cámara. Algunas de ellas dan forma desde ayer a la exposición “Mirada india” que hasta el próximo 13 de enero podrá verse en el museo de la Fundación Ortegalia, en Ortigueira. Su objetivo: acercar “mi India” a la gente, traer una parte de este país a mi pueblo”, dice, mostrando así la “vida de ese lugar llamado Kashi, Varanasi o Benarés, así como el corazón bengalí en su día a día por las calles de Calcuta”.Todo a través “de ese espejo del alma que son los ojos”, añade. Porque por encima de la técnica, lo que prima en su muestra es el “sentimiento”, dice. n