Arturo García, el vecino de Narón condenado a 11 años y nueve meses de prisión por Sección Segunda da Audiencia Provincial da Coruña, por abusar sexualmente de su hija cuando esta era menor de edad, compareció ayer ante los medios de comunicación para declarar su inocencia.
La sentencia da por probados los hechos denunciados también por la Fiscalía que aseguran que los abusos hacia su hija se produjeron cuando esta tenía entre 6 y 11 años, entre 2003 y 2008 y, posteriormente, entre los años 2009 y 2010 cuando la menor contaba ya con 12 ó 13 años.
El hombre volvió a insistir ayer, al igual que lo hizo durante la vista de hace dos semanas, en que todos los hechos que se le atribuyen son falsos y aludió a un ánimo de “venganza” por parte de su hija y de otros familiares para explicar esta denuncia contra él.
Según relató, el proceso lo inició un policía ya retirado, E.L.G., que tuvo contacto con su hija –la víctima de los abusos– hace más de dos años cuando esta se fue a vivir con su hermano, que era pareja de una de las hijas del exagente. Arturo García explicó que este hombre comenzó a amenazarlo por las redes sociales cuando la hija del condenado le contó los episodios de abusos sexuales.
Asegura que tanto su hija como el ex policía se confabularon desde entonces en su contra, movidos por un ánimo de venganza. Respecto a los hechos por los que ha sido condenado, y que fueron denunciados varios años después de haber sucedido, el hombre explicó que resulta imposible haberlos cometido, ya que en ese momento no convivía con su hija –la víctima y denunciante–.
Cuenta que ésta es fruto de su segunda mujer, pero que por aquellas fechas todavía estaba en trámites de separación de su primera esposa y que ni siquiera la había reconocido como hija, algo que sí hizo tiempo después.
De esta hija, relató que “siempre fue una niña conflictiva”. Alega que la muchacha estuvo inmersa en el mundo de las drogas desde muy temprana edad y aseguró que generaba constantes conflictos en casa, donde sus propios hermanos la temían.
Explicó que tuvo que darle la emancipación para evitarse problemas con ella y que trató de ayudarle con sus problemas de drogadicción metiéndola en un centro, de donde la joven salió al poco tiempo. “Incluso tengo un hijo en la cárcel porque los robos que ella hacía se los comía él”, contó ayer Arturo García.
Respecto al material pornográfico que encontraron en su ordenador, por lo que también fue condenado, insiste en que él no era el único con acceso a ese PC y dejó entrever que alguien pudo haber puesto ahí ese material para incriminarlo. El condenado avanzó ayer ante los medios que recurrirá la sentencia de la Audiencia Provincial.