Fue el primer grado bilingüe en inglés del Sistema Universitario Gallego y el primer programa público de estudios en España en abordar todos los eslabones de la cadena del sector. El Grado en Gestión Industrial de la Moda, que desde el curso 2018/2019 se imparte en la Facultad de Humanidades del Campus de Ferrol, tiene abierto hasta el 19 de julio el plazo para presentar la documentación que acredita el nivel B1 de inglés exigido para poder acceder al mismo el próximo curso, en el que volverá a ofertar 50 plazas –la nota de corte del curso pasado fue de 8,030–. Marta Rey García es la coordinadora del título.

¿Cómo afrontan este final de curso marcado por la Covid-19 en el Grado de Gestión Industrial de la Moda que usted coordina?

Yo creo que tanto los profesores como el alumnado nos hemos adaptado rapidísimamente a la nueva situación; la directriz de la UDC fue impartir la docencia por medios telemáticos. Hemos estado en contacto con los estudiantes desde el primer día; hemos adaptado la docencia y los estudiantes han respondido fenomenal. Creo que también el hecho de que sean nativos digitales plenos ha facilitado mucho las cosas. Además, en el grado muchos profesores estábamos ya trabajando a través de las plataformas digitales de la UDC con anterioridad para compartirles documentación, bibliografía, ejercicios... Es decir, que en general, y a pesar de lo complicadísimo que esto es para todos, yo estoy muy satisfecha y tengo que agradecer tanto a profesores como alumnos la colaboración y flexibilidad, que ha sido total.

¿Cuál cree que es la razón para que este título haya tenido tanto éxito, a nivel de demanda, desde su implantación hace dos cursos?

Yo creo que aquí se ha juntado un proyecto de un grado universitario muy claro, en el que manejamos un concepto de la moda muy amplio, no solo textil, sino cualquier producto y servicio que tiene que ver con ese universo enorme del bienestar, del textil, de los complementos, del consumo, que está sujeto a tendencias y a cambios. Luego teníamos también claro que tenía que ser un grado internacional y global, de ahí el tema del inglés. Llevamos dos cursos con el 60% en inglés, y en tercero ya te anticipo que vamos al 70%. Es el primer grado bilingüe del SUG. En realidad podíamos estar con el mínimo que marca nuestra memoria que es un 40% y estamos entrando ya en un 70%; son alumnos que salen con una segunda o tercera lengua de trabajo, pero es que además salen preparados para el mundo global en que vivimos. Luego, la otra parte del éxito, es que en, en general, son alumnos muy buenos. Entonces al final es la combinación de un proyecto atractivo con docentes implicados y con alumnos comprometidos.

¿Cuál es el perfil del alumnado matriculado en el grado?

Es variadísimo porque como es un grado interdisciplinar, tenemos alumnos que vienen desde el bachillerato de ciencias, que podrían haber hecho medicina, otros de ciencias sociales, otros de humanidades, de todo. Lo que sí es verdad es que viven la moda de una manera tan comprometida y que muchos tienen en su cabeza su propio proyecto de la moda, y la van explorando. Yo creo que en todas las crisis se abren oportunidades para las personas que sepan ver cómo será el nuevo consumo, cómo usaremos las tiendas físicas, qué compraremos online, qué papel tendrá la moda en esta situación de crisis económica que viene a la hora de ayudarnos a expresar nuestras preocupaciones, identidades... al final, el papel que juega la moda siempre.

¿Qué tipo de profesional forma este grado?

El profesional es un todoterreno de cualquier sector de bienes de consumo que esté globalizado y que tenga cierta complejidad. Hay materias relacionadas con gestión, alrededor del 30%, otro 20% dedicado a diseño; otro 20% dedicado a cuestiones de fabricación, más industriales, y ese otro porcentajes de materias más transversales que tienen que ver fundamentalmente con sostenibilidad y con transformación digital, porque el futuro de la moda es sostenible y es digital. Y eso lo sabíamos cuando se diseñó el programa de estudios. Los tres vectores siguen clarísimos, esta crisis lo único que ha hecho es confirmarlos: la moda tiene que ser global, sostenible y digital. Y ahí estamos. l