Cerca de ochenta motos clásicas, básicamente Vespas y alguna Lambretta, se dejaron ver ayer por la ciudad y sus alrededores con la celebración de la Golfo-Escuterada que organizó ayer la Asociación Golfos Ártabros Escúter Club y que llegó por primera vez a Ferrol, aunque ya es la octava edición del evento.
Con una concentración en la calle Nueva de Caranza, en torno al mesón Mateo, comenzó la jornada que, posteriormente, permitió a los participantes conocer los alrededores del municipio hasta llegar a San Felipe, donde los motoristas no dudaron en rendir homenaje al campeón del mundo en 12 + 1 ocasiones, Ángel Nieto.
De hecho, un grupo de niños fue lanzando doce flores en recuerdo del campeón. La decimotercera flor fue depositada por el alcalde, Jorge Suárez, que acompañó a los amantes de las motos en este emotivo acto.
La música de Negra Sombra, interpretada con una viola sirvió de acompañamiento al homenaje, en el que se guardó un minuto de silencio por el piloto fallecido. La interpretación del Himno de España, en recuerdo de las tantas veces que sonó cuando subió al podio el piloto, rompió el silencio e hizo estallar en aplausos a los asistentes.
Tras el recorrido y el homenaje, la jornada concluyó en el polígono Río do Pozo, donde se procedió a un sorteo de regalos entre los participantes
Pero además de las motos, por la ciudad pudieron verse durante la mañana otros biciclos, que formaban parte de la primera edición de la ruta de bicicleta clásica Ferrolterra, con vehículos de más de 25 años de edad y con muchos de los conductores ataviados con vestimentas de época.
Los ciclistas fueron convidados también por la organización de la concentración motera para que se desplazasen por la mañana hasta Ultramar, con el fin de compartir espacio y vivencias, al tratarse de dos concentraciones de vehículos clásicos, ambos, además, de dos ruedas.
Los ciclistas del grupo “Ferrol old bikes” recorrieron en su ruta A Malata y se desplazaron a Caranza, carretera de Castilla, Canido y Puerto de Curuxeiras antes de recuperar fuerzas con un pincho de confraternización.