Del llanto de Iglesias a la cola para felicitar a Sánchez

Del llanto de Iglesias a la cola para felicitar a Sánchez

La investidura más ajustada de la democracia ha dejado este martes imágenes casi nunca vistas en el hemiciclo del Congreso. Desde el llanto emocionado de Pablo Iglesias, a la larguísima cola que han formado los 120 diputados del PSOE para felicitar, uno a uno, al presidente, Pedro Sánchez.
De todos modos, el primero en acudir al escaño del ahora ya sí presidente del Gobierno en plenas facultadas y no en funciones ha sido el presidente del PP, Pablo Casado.
Como corresponde a los usos y costumbres y a la casi olvidada cortesía parlamentaria, Casado se ha levantado de su asiento nada más conocerse el resultado de la votación y se ha acercado a Sánchez.
Un saludo frío y algo protocolario, pero que nunca ha faltado en una investidura. El líder del segundo partido de la Cámara felicita al nuevo presidente. A partir de ahí, comienza la labor de oposición.
La otra imagen que ha dejado la tercera y última jornada del debate de investidura ha sido el llanto incontenible de Pablo Iglesias.
Justo después de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, proclamara la investidura de Sánchez, el líder de Podemos se abrazaba a sus compañeros y gritaba con ellos "sí se puede".
Una consigna que ha acompañado a Podemos desde su salto a la política, pero que después de algunos fracasos y contratiempos parecía abocada al olvido.
En Podemos todo eran risas, besos, palmadas en la espalda y gestos de alegría.
Tras abrazarse a Sánchez, el tercer abrazo en menos de dos meses, Iglesias se dirigía a Pablo Echenique, uno de los fontaneros del acuerdo con el PSOE.
El saludo entre el líder de Podemos y uno de sus más firmes apoyos en la dirección del partido acababa con un Pablo Iglesias que no podía contener el llanto.
Con el gesto congestionado y frotándose las lágrimas de los ojos, Iglesias, vicepresidente del Gobierno in pectore, volvía a su escaño y se abrazaba también a su compañera Irene Montero, que también ocupará un puesto en el nuevo gabinete de Sánchez.
De todos modos, el momento más emotivo de la jornada lo ha protagonizado, muy a su pesar, la diputada del grupo de Unidas Podemos Aina Vidal.
Enferma de un cáncer, que ella misma ha calificado de "extendido y muy agresivo", la joven diputada no ha faltado este martes a la votación definitiva para apoyar la investidura de Sánchez.
El domingo, en la primera votación, no pudo acudir por su enfermedad, pero prometió que el martes acudiría como es su obligación al Congreso, evitando así, cualquier posibilidad de que la investidura no saliera adelante.
Diputados de todos los partidos se han acercado hasta su escaño para darle ánimos en esta dura batalla contra el cáncer.
Emocionada y con lágrimas en los ojos, ha recibido en su escaño un ramo de flores de sus compañeros de grupo, mientras todo el Congreso aplaudía.
El único aplauso unánime de una bronca investidura en un Congreso partido en dos. EFE
 
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