El caso de Marcos Guerreiro, el vecino de Narón que demandó a la financiera Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) por supuestas cláusulas abusivas de su hipoteca, quedó ayer visto para sentencia después de haber protagonizado en los últimos meses hasta cuatro aplazamientos en el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Ferrol.
Este naronés solicitó en 2006 un crédito hipotecario, por 116.000 euros, para adquirir una vivienda, a UCI, una entidad del Banco Santander, y diez años más tarde, su deuda con la entidad de crédito, en lugar de haber disminuido, ha subido, ya que según aseguró el propio Guerreiro a las puertas de la sede judicial la cuantía que debe “se sitúa en los 116.139 euros”.
El abogado de Marcos Guerreiro, José María Erauskin, que ya se ha convertido en uno de los letrados más famosos entre los integrantes de diferentes plataformas en contra de los desahucios, criticó que a su cliente se le “encaminara” hacía el Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH), en lugar del habitual euribor.
Tras la vista, Erauskin llamó la atención sobre las manifestaciones de la parte demanda, al asegurar estos que “Marcos acudió a un asesor para que le buscara un préstamo, algo que no es cierto, porque solo se le ofreció uno, del banco UCI, y se le entregó una solicitud para que rellenara lo que quería, el montante económico, y luego el banco es el que debería de estudiar si te lo concede o no”.
El letrado vasco destacó que “UCI no tiene oficinas en la calle y llegas a ellos a través de intermediario, como fue este caso a través del Banco Santander” y además trasladó que “el intermediario, lejos de lo que aseguran, no le explico a su representado nada, el banco tampoco”.
José María Erauskin también criticó que las condiciones del préstamo hipotecario firmado por este vecino de Narón son “innegociables”.
Según el abogado, el Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) “lo establecen las propias entidades, y por lo tanto ellas mismas son las que lo fijan, y no como el euribor, que lo fija el Banco Central Europeo”, asegurando que menos del 10% de los créditos hipotecarios firmados en esa época se hacía utilizando este referente.
Como testigo aportado por la parte demandante se presentó el padre de Marcos Guerreiro, que “contó lo que él vivió, cómo acompañó a su hijo y cómo nadie le explicó nada”.
En contraposición, aseguró que la parte demandada presentó un testigo “que no intervino en la operación, un empleado del banco que contó lo que ellos suelen contar en general, pero de este caso concreto no sabía nada porque no intervino”, por lo que concluyó que “poco valor tiene lo que ha contado”.
El letrado ya adelantó que este caso, independientemente de lo que dicte el juzgado de primera instancia, será posteriormente llevado a la Audiencia Provincial de A Coruña, ya que estimó que “tanto si nos dan la razón a una u otra parte, la que no gane recurrirá a la instancia superior”.