Manuel Rivera Martorell

Manuel Rivera Martorell
El estadio Manuel Rivera en los años 1950

Nacido en la parroquia ferrolana de A Graña el 3 de Octubre de 1904, Manuel Rivera Martorell fue uno de los jugadores más conocidos e importantes del equipo del Racing de Ferrol, siendo considerado como el mejor medio centro del fútbol gallego y el jugador de más clase del fútbol ferrolano. En el terreno laboral fue trabajador de la Empresa Nacional Bazán y su formación deportiva se llevó a cabo especialmente en la Escuela Nocturna Obrera de la empresa naval.
Las primeras noticias sobre la práctica del fútbol en Ferrol datan del año 1892 y a la altura del año 1908 existían ya siete equipos en la ciudad. La trayectoria futbolística de Manolo Rivera empezó a los dieciséis años y estuvo de siempre unida al equipo del Racing de Ferrol, primero conocido con el nombre de Club de Fútbol Ferrol, entre los años 1920 y 1922, y posteriormente con el nombre definitivo de Racing de Ferrol, entre los años 1923 y 1938, con la excepción de un breve intervalo en el que el jugador ferrolano estuvo jugando en las filas del Deportivo de A Coruña, entre los años 1934 y 1935. 
El año 1928 estuvo jugando como refuerzo del Celta de Vigo en una gira que el equipo olívico realizó por tierras americanas y en el año 1929 hizo lo mismo con el equipo del Eiriña de Pontevedra, en una gira llevada a cabo dentro de territorio español. Manuel Rivera fue integrante en diversas ocasiones de la selección gallega de fútbol y estuvo preseleccionado para el equipo nacional español, aunque no llegó a alcanzar la internacionalidad.
El año 1929, momento en el que se creó la Liga de fútbol, el Racing de Ferrol inició su andadura en Tercera División, ascendiendo el año 1934 a la Segunda División, siendo el equipo que más temporadas, hasta un total de 34, ha disputado en la citada Segunda División. A pesar de no haber jugado nunca en Primera División consiguió con el Racing de Ferrol tres campeonatos regionales gallegos y el año 1939 llegó a disputar la final de la Copa del Generalísimo, que perdió contra el Sevilla. 
En plena Guerra Civil española, durante el transcurso de la temporada 1937-1938, Manolo Rivera se vio obligado a dejar la práctica del fútbol. Durante la disputa de la copa General Aranda, en la que participaba el Racing de Ferrol, junto con el Celta, el Deportivo y el Eiriña pontevedrés, al enfrentarse con este último equipo en Pontevedra, tuvo que abandonar el campo al sentir un fuerte ahogo que le impidió continuar el partido. Al ser diagnosticado de una lesión de corazón, el deportista ferrolano tuvo que dejar de jugar al fútbol. 
Mientras enfocaba su vida laboral dentro de la Maestranza de la Armada, Manuel Rivera trató de compaginar su trabajo profesional y de entrenador del equipo militar de fútbol con su continuidad como integrante de la entidad deportiva racinguista. Dentro de la plantilla del Racing de Ferrol realizó las más diversas funciones, primero como masajista, ayudante de entrenador y entrenador, y más tarde como delegado de campo, directivo y secretario técnico del equipo. 
En el aspecto físico y deportivo, Manuel Rivera Martorell era una persona corpulenta y de buena estatura, alrededor de un metro noventa, dotado de una gran reciedumbre, siendo prácticamente invulnerable en el juego por alto. Además de sus excelentes condiciones técnicas y deportivas, el jugador ferrolano fue un ejemplo de compañerismo y caballerosidad dentro del terreno de juego. 
Era un dominador del centro del campo, no solo por su potencia física y su estatura, sino también por su sentido de la colocación en el campo y su visión de la jugada, lo que le convertían en el eje alrededor del cual giraban sus compañeros de equipo. Manolo Rivera poseía un excelente toque de balón, enlazando desde la media con los delanteros interiores y lanzando profundos pases perfectamente dirigidos a las alas o extremos del equipo. Ligado sentimentalmente a Ferrol y al equipo racinguista, nunca quiso aceptar las numerosas ofertas de otros clubs, debidas a su reconocida extraordinaria clase como jugador de medio campo.
Con la presencia de Manuel Rivera en el equipo, el Racing de Ferrol se proclamó fue campeón de Galicia el año 1928 ante el Deportivo de A Coruña. Por tratarse del primer campeonato de Galicia que se jugaba, el equipo del Racing pudo incorporar la Cruz de Santiago a su escudo deportivo. Falleció en diciembre de 1952, a los cuarenta y ocho años de edad, después de más de treinta años de servicio en el club ferrolano. Con posterioridad la Federación Gallega de Fútbol le concedió la Medalla del Mérito Deportivo.
En lo que se refiere a los estadios donde jugó sus partidos Manolo Rivera, el equipo ferrolano inició su andadura deportiva en mayo de 1919 jugando sus partidos en el campo de fútbol de Caranza, hasta que dos años más tarde, en mayo de 1921, se inauguró el que sería el primer campo del Inferniño, que iría sufriendo varias reformas y ampliaciones, incluyendo la construcción de una muralla, durante su existencia. 
El año 1951 se inaugura el estadio que lleva el nombre de Manuel Rivera, construido en el lugar que ocupaba el campo del Inferniño. El año 1953 se le dedica un homenaje póstumo a Manuel Rivera, con la participación del Racing de Ferrol en dos partidos contra el Deportivo de A Coruña. Este último estadio fue demolido el año 1993, construyéndose en el lugar que ocupaba una amplia plaza pública y un centro comercial. Finalmente, junto al paseo marítimo de A Malata y dentro de un amplio complejo deportivo que incluye una piscina climatizada cubierta y otras instalaciones deportivas, se inauguró el campo de A Malata el año 1993, actual terreno de juego del equipo ferrolano, con un aforo superior a los 12.000 espectadores
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