El barrio de Ferrol Vello, declarado Bien de Interés Cultural e incluido dentro del Área de Rehabilitación Integral, que abarca A Magdalena y la zona portuaria, va todavía mucho más retrasado que A Magdalena, y a pesar de la existencia de las ayudas de rehabilitación que surgieron paralelas a las del centro, cada vez son más los edificios que se desmoronan y las rehabilitaciones, o más bien las demoliciones, llegan cuando ya no hay otra solución y las órdenes urbanísticas se suceden.
Aun así, la ciudad naval ostenta el honor de haber sido la ciudad más rehabilitadora en el último trienio, quizás por ese retraso que lleva en relación a ejemplos de cascos históricos como Pontevedra.
En un balance de la rehabilitación en los últimos tres años, la responsable de Urbanismo, María Fernández Lemos, dio cuenta de que en Ferrol Vello-A Magdalena se tramitaron 1.240 actuaciones de obra mayor y menor, de las que casi 600 corresponden a licencias de construcción. Centrándose en el casco histórico, A Magdalena es en el que más intervenciones se llevaron a cabo, desde que se aprobó el Plan Especial, hace 10 años –5.700 intervenciones, que representan el 20 % de los 1.108 edificios existentes, la mitad de ellas con ayudas públicas–.
Una de las cuestiones que más ha impulsado la rehabilitación en los últimos años, especialmente en A Magdalena y Ferrol Vello, ha sido la aplicación de la Inspección Técnica de Edificios, que obligó a los inmuebles de más de 50 años a pasar una revisión que originó multitud de órdenes de ejecución, implicando rehabilitaciones y mejoras que, de no haberse controlado y obligado a ejecutar, probablemente no se hubiesen llevado a cabo por parte de sus propietarios. l