Camila Alonso toma impulso hacia la elite

Camila Alonso toma impulso hacia la elite
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No ha nacido en Ferrol, pero lleva más tiempo en la ciudad que en cualquier otro sitio del mundo, por eso, Camila Alonso (Neuquén, Argentina, 1994) se siente ferrolana como la que más. Ha sido en esta ciudad en la que se inició profesionalmente en el mundo del triatlón y desde la que ha fraguado sus recientes éxitos. El último, acabar el año al frente del ranking nacional de la disciplina. Algo que no ha buscado pero que le ha llegado como consecuencia natural a su extraordinario rendimiento en la última campaña.
Desde Sierra Nevada, en donde está entrenando con el grupo de tecnificación de Omar González, la joven recapitula todas las experiencias vividas en los últimos meses. Allí lleva dos semanas –todavía le queda otra–, probando cómo reacciona su cuerpo a la actividad en altura, acumulando volumen de trabajo en la piscina y recuperando, poco a poco, el ritmo de entrenamiento.
La temporada pasada acabó para ella el 13 de noviembre, ganando el triatlón de Santo Domingo y, después de solo dos semanas de descanso, ya estaba metida en faena de nuevo en Sierra Nevada, pensando en un nuevo ejercicio, el último en su etapa sub 23. Así es su vida: de aquí para allá, con poco descanso y el triatlón siempre en la cabeza. “El pasado fue un año muy largo”, reconoce Camila Alonso, que arrancó la campaña en enero, en el Iberoamericano de México y estuvo compitiendo durante más de once meses. “Fue larga y dura, así que ahora estoy empezando muy despacito, con calma, para que esta no se haga también larga”, advierte.
Dura sí, pero muy satisfactoria también –ganó el Iberoamericano en distancia sprint y el Nacional por Autonomías; fue plata en el Campeonato de España sprint y bronce en el de relevos– . “No empecé bien, pero en las últimas carreras, desde la final del Premio Cofidis, se alinearon los astros para que todo me saliese perfecto”, bromea la triatleta, que decidió prolongar al máximo la temporada para, precisamente, aprovechando ese buen estado de forma, acudir a Copas del Mundo en Tongyeong –Corea del Sur– y Miyazaki –Japón– o a la Copa de África de Agadir para sumar puntos ITU que las catapultasen en el ranking. Camila habla en plural porque junto con ella, en ese último arreón de la temporada, estaba su hermana Melina, compañera inseparable en muchas de sus jornadas de entrenamiento y competición.

Trabajo
Desde 2014 está trabajando en el grupo de tecnificación de Omar González y los éxitos cosechados en este tiempo hacen que ni se plantee un cambio. Fue más o menos por aquella época cuando, tras dos años muy duros, en los que problemas en el sóleo y los gemelos la tuvieron casi apartada de la competición, volvió a reengancharse con el triatlón de primer nivel. “No podía correr y eso me frustraba bastante, no estaba disfrutando y estaba totalmente fuera. El 2014 fue un punto de inflexión, fue un año para volver a las carreras, a adaptarme... Fue un buen año y el pasado todavía resultó mejor”.
Desde entonces, decidió volcarse en la práctica deportiva. Abandonó sus estudios de fisioterapia –“no era compatible y tampoco es que me apasionase”, confiesa– y se dedicó a entrenar, viajar y competir. “Quiero subir en el ranking mundial y estar entre las tres mejores españolas. Ahora soy quinta”, explica a la hora de desgranar los objetivos que presiden su trabajo.
Para ello, tiene claro dónde tiene su margen de mejora. “La carrera a pie me gusta bastante y se me da bien y la bici también, pero para estar en la elite mundial tengo que mejroar la natación”, esa es su hoja de ruta, en la que se afanará en los próximos meses con la ambición clara de “correr alguna carrera de las Series Mundiales”.
Sabe que no es fácil, el tria–tlón ha crecido en España “a pasos agigantados” y la competencia es feroz. “Cuando empecé”, recuerda Camila Alonso, “en elite había quince o veinte chicas. Ahora, en un Campeonato de España hay ochenta inscritas. Pero eso es bueno para el triatlón y para nosotras, porque que haya competencia te hace seguir mejorando”.
La joven todavía estará una semana más en Sierra Nevada. Después regresará a Ferrol, para pasar las fiestas navideñas, y retomará su habitual ritmo de trabajo. En marzo le espera una nueva concentración en Lanzarote y después, empieza lo fuerte, la competición.

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