Un grupo de alumnos de tai chi que realiza sus clases en el polideportivo municipal de A Malata informó ayer de que cada año se presentan mayores dificultades a la hora del desarrollo de la práctica –desde cambio de horarios sin comunicación previa hasta malas condiciones en las instalaciones–.
Los participantes en estas clases acuden en su mayoría, según dice, por considerar esta terapia beneficiosa para la salud “e como medicina preventiva” y necesitan una lugar donde practicar este tipo de gimnasia que por lo menos tenga unas condiciones salubres.
Hablan también de los accesos, en los que se presentan obstáculos para personas con algún tipo de dificultan en el movimiento. Para acceder a la sala de actividades múltiples están obligados a subir por las gradas de la piscina –lo que conlleva peligro por la humedad que existe en esta zona–, donde muchas veces tienen que esperar a que termine la activad anterior.
La alternativa sería subir desde el primer piso en ascensor tras esperar a la que le recepcionista tenga tiempo para llevarlos. Al finalizar las clases, deben salir por la sala fitness, en medio de máquinas e interrumpiendo a las personas que están allí realizando sus ejercicios.
De esta manera, explican, las personas con cualquier problema físico se enfrentan a tales dificultades que probablemente no puedan plantearse acudir a las clases de tai chi.
También exponen que la situación de la sala “é nefasta” ya que los monitores necesitan entrar a coger material, el sistema de ventilación hace un ruido “tan estresante que hai que apagalo”, el suelo está mojado por la humedad procedente de la piscina y también por goteras, la iluminación no se puede regular y la proximidad a la sala de fistness provoca mucho ruido.
En cuanto a la zona exterior, a donde se han planteado mover la práctica de tai chi, tampoco se presenta idónea por el ruido, la presencia de coches, perros y una banda de trompetas que realiza allí sus ensayos.
Por todo lo explicado, los alumnos de esta actividad solicitan a la concejalía de Deportes que actúe para corregir estos problemas en la medida de lo posible y que se mantengan los grupos de tai chi terapéutico ya que, dicen, “non debe estar suxeito á rendibilidade económica”.