Reunir a una veintena de remeros con disponibilidad para entrenar todo el verano y competir casi todos los fines de semana durante el periodo estival es la principal dificultad a la que se enfrentan los clubes que quieren competir en la Liga Gallega de Traineras. La logística o la parcela económica también preocupan, pero es el factor humano el que, al final, acaba decantando la balanza en un deporte que a este nivel, en Galicia, resulta puramente amateur. Las entidades de Ferrolterra no viven ajenas a esta circunstancia y, salvo Ares, que este año dirimirá la liga ACT, el resto de clubes aspiran a consolidar unos proyectos que, por lo de ahora, resultan intermitentes. Este fin de semana, la Liga Gallega de Traineras arrancará en O Grove con su regata presentación y lo hará totalmente renovada en lo que a los representantes de Ferrolterra se refiere.
Salvo las chicas de A Cabana, ninguna de las formaciones que el año pasado compitieron repartidas en las dos categorías repetirá. Así, tras su ascenso a la Liga A, con un calendario mucho más amplio y exigente, el club ferrolano se vio imposibilitado de reunir a un número mínimo de remeros con el que competir entre los mejores. Y eso que contaba con una inmejorable “hornada” de jóvenes deportistas con un lustroso palmarés tanto a nivel autonómico como nacional en bateles y trainerillas.
Motivos similares llevaron también al Club de Remo Narón a dar un paso atrás y optar por no competir esta campaña en la más grande de las embarcaciones de remo fijo.
El relevo de ambos lo tomarán el Club do Mar de Mugardos y el Remo Cedeira. Los primeros, regresan tras un año de sosiego, precisamente, acumulando fuerzas para regresar con más ganas que nunca. Los segundos, tras sesenta años de historia, se estrenarán con la embarcación reina.
Con una veintena de remeros y dos patrones, el Club do Mar de Mugardos pretende retomar las cosas donde las dejó hace casi un año. Tras proclamarse subcampeón de la máxima categoría en 2015, el pasado ejercicio lo pasó en blanco. Ahora, de la mano de un nuevo entrenador, Jorge Hermida, arranca de cero, en el grupo B, con el ascenso como objetivo. Un reto complicado, pues en sus filas, además de remeros veteranos, cuenta con algunos que, incluso, se han iniciado en la disciplina este mismo año.
Ilusión no les falta, como tampoco a la tripulación que llevará al Cedeira a debutar en la liga autonómica. Lo hará con un grupo formado por un puñado de veteranos –la mayoría están entre los 30 y 40 años– reforzados por algunos jóvenes remeros, todos ellos de la villa. La mezcla perfecta para aprender, disfrutar y, sobre todo, ilusionar a la villa con un proyecto que ha recibido gran respaldo.
Y si cedeireses y mugardeses cuentan con bloques veteranos, el del A Cabana que afrontará la competición femenina destaca por todo lo contrario. El club ha logrado aglutinar a jóvenes remeras formadas en su cantera y otras llegadas de Ares y Mugardos en un plantel que sabe difícil codearse con las tripulaciones del sur que, bajo el mismo nombre, aglutinan en muchos casos a tripulantes de varios clubes.