Con la idea de “Reiniciar” los procesos de participación ciudadana iniciados en el mandato PSOE-EU, el actual ejecutivo volvió a convocar ayer a la ciudadanía a una asamblea para analizar el futuro esta forma de hacer política.
Las más de 100 personas participantes en las mesas de trabajo del mes de diciembre en el Jofre se redujeron ahora a menos de cuarenta, entre representantes de asociaciones de vecinos y ciudadanos a título particular, aunque no por eso se tiró la toalla sobre un procedimiento que consideran, mayoritariamente, como óptimo para hacer oír a los vecinos.
Los primeros pasos dados por el área municipal que dirige Álvaro Montes –FeC– fueron valorados, a raíz de los resultados obtenidos en el análisis del último foro, como positivos, si bien las conclusiones presentadas ayer por las técnicas de esta área dejaron de manifiesto que los participantes echan en falta formación, incorporación de gente joven a los procesos, el desarrollo práctico del reglamento de Participación Ciudadana, que se escuche a la ciudadanía “con forza de lei” y que se empleen las TICs a la hora de poder participar de forma directa aunque nos ea presencial.
No está tan claro sin embargo para los participantes en estas asambleas el papel de los presupuestos participativos –hay quien los considera esenciales y quien ve un reparto poco solidario–, la necesidad de que se trabaje de forma individual o a través de entidades de barrio o la existencia de unas garantías frente a los ritmos burocráticos a la hora de poner en marcha cuestiones prácticas.
Sobre todas estas cuestiones, el concejal de Participación Cidadá, Álvaro Montes, se comprometió a trabajar, si bien quedaron sobre la mesa muchas dudas de los asistentes a la reunión de ayer, sobre todo las referentes a si la participación ciudadana tiene sentido o no en un Concello, del que criticaron, por ejemplo, la falta de cohesión entre la distintas concejalías o la toma de decisiones individuales de algunas áreas sin contar con la opinión del resto del gobierno y de los vecinos. En este sentido, se habló de casos concretos como la peatonalización de la calle Real o las terrazas.
Los asistentes concluyeron su análisis haciendo hincapié en la posible falta de implicación de un ejecutivo, cuyo único representante era el edil del área.