Invirtiendo de manera sostenible

Invirtiendo de manera sostenible
Sostenibilidad

Invirtiendo de manera sostenible

Hoy en día, la sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente son aspectos que cada vez importan más a las personas como sociedad, pero también como inversores. Un crecimiento que se consolida año tras año y que hace que hasta un 47% de los inversores mundiales invierta en productos sostenibles frente al 42% de hace dos años, tal y como refleja el Estudio Global de Inversión 2020 de Schoroders.

Y es que cada vez son más los inversores que seleccionan los activos de su cartera en función del impacto en el medio ambiente de la actividad de la empresa en la que van a invertir, sin perder de vista su buena gestión y perspectivas de beneficios estables. 

Así pues, los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, conocidos como criterios ASG, se han convertido en una tendencia altamente generalizada para aquellos inversores que buscan invertir en un proyecto rentable en términos económicos pero que también impacte de manera positiva en la sociedad y el medio ambiente. 

Cómo invertir de manera sostenible

La forma en la que invertimos de manera sostenible tiene muchas variantes. La más utilizada es la que busca evitar o excluir de nuestra cartera de inversión determinadas empresas o sectores con características negativas: armas, trabajo infantil, tabaco, entre otros. 

Otra forma es invertir en empresas centradas en determinados resultados sociales o medioambientales positivos, como el bienestar para la tercera edad, elaboración de biocombustibles, tratamiento de aguas o fondos temáticos que apoyan causas directas como el cambio climático. 

Por otra parte, están los instrumentos financieros que utilizamos para invertir en este tipo de empresas verdes. Algunos de ellos son:

Fondos de inversión: son un instrumento muy popular entre los pequeños inversores debido a su sencillez, ya que están gestionados por un tercero, principalmente grandes gestoras o profesionales. Suelen incluir tanto renta variable como renta fija y permiten obtener una buena rentabilidad.

Fondos cotizados o ETF: es un conjunto diversificado de activos que cotizan en bolsa. Algunos de ellos siguen criterios medioambientales y sostenibles, como puede ser el UBS ETF (LU) MSCI World Socially Responsible UCITS ETF, primer fondo sostenible en superar los 1.000 millones de euros. 

A través del trading con CFD, que son productos derivados que permiten invertir en mercados de divisas, acciones, índices o materias primas sin necesidad de adquirir los activos subyacentes, también se puede especular con el precio de ETF y acciones éticas que suben y bajan de precio.  

Índices bursátiles de sostenibilidad: los más conocidos y valorados son el Dow Jones Sustainability World Index (DJSI World) y el FTSE4 Good Global 100 Index. Este tipo de indicadores incluyen cientos de compañías que mezclan los buenos resultados financieros con el desarrollo sostenible. Se puede entrar en ellos a través de Fondos de inversión o ETF.

Valores cotizados: Puedes escoger una empresa sostenible y adquirir acciones de la compañía. La clave está en saber realizar un análisis exhaustivo para conocer si realmente cumple con el medio ambiente, el gobierno corporativo o los derechos humanos, además de las cuestiones habituales de crecimiento y rentabilidad.

Por último, cabe destacar que invertir de forma responsable no significa sacrificar nuestros rendimientos. Según los últimos estudios las empresas que cumplen los criterios ESG (Medioambiente, Social y Gobierno Corporativo), pueden llegar a ser incluso más rentable a largo plazo. 

La sociedad mira con lupa el comportamiento de las compañías en diferentes contextos y con la pandemia estamos viendo como aspectos vinculados a la sostenibilidad se están acelerando y los inversores no quieren perder este tren.

Invirtiendo de manera sostenible

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