Desde el mes pasado, el acuartelamiento de Atocha acoge la Jefatura de Apoyo Logístico a las operaciones militares en el extranjero. Las obras para acondicionar el cuartel a sus nuevas funciones finalizaron a principios de mes y desde el 15 de diciembre el personal proveniente de Valencia ya se encuentra en sus puestos, que abandonaron momentáneamente para comer el turrón con sus familiares. Sin embargo, desde la Jefatura de la Fuerza Logística Operativa (FLO), aseguran que ya está funcionando al 100%.
En su discurso de este año con motivo de la Pascua Militar, el general Francisco Javier Abajo Merino, jefe de la FLO, señaló que la incorporación al cuartel coruñés “proporcionará un valor añadido al conjunto de los cometidos asignados respecto al sostenimiento de las operaciones en el exterior”. Y es cada año el Ejército se reestructura para afrontar los desafíos que suponen las largas campañas en el exterior, en lugares remotos como Afganistán, que exigen un esfuerzo logístico que no tienen nada que ver con los viejos ejércitos estátitos, pensados para la defensa de un territorio.
El FLO se encarga de toda la logística que requieren esas misiones, pero hasta ahora se mantenía en valencia todo el control informático, a falta de unas instalaciones apropiadas de las que ahora ya disponen en A Coruña.
Es por esa razón que el histórico edificio (en 2014 fue su 150 aniversario) afrontó una remodelación, que el general Abajo ya había anunciado en Pascua Militar del añop asado. “El acuartelamiento se había quedado anticuado y hubo que transformarlo. Estaba pensado para alojar tropas y lo que necesitamos ahora son oficinas”, explicó el general, que aclaró que las obras se limitarán a “tirar tabiques” y a instalar el complejo cableado.