Puertas al humo playero

omenzaré por decir y entonar el mea culpa ya que yo he sido un fumador de los de verdad. Mi primer acto de contrición recordar que como fumador fui de los calificados como empedernidos. Nos les digo las cajetillas que tenía que comprar diariamente porque el dato, en verdad, es obsceno. En la Facultad consumía tabaco negro y cuando comencé a trabajar me pasé al rubio. Todo era cuestión de pelas… Mis inspiraciones de humo muchas veces se consumían en el propio cenicero mientras que mis dedos aporreantes y buscadores de letras pulsaban las correspondientes teclas en la vieja Olivetti con la que hice miles de trabajos periodístico.
Intentar ponerle puertas al humo en las playas es una buena iniciativa, un buen deseo, pero se queda solo en eso. Es más bien una labor de educación y sensibilización a la que se van sumando playas en Galicia, actualmente cerca de 150 y 67 localidades. Entre todas ellas tres importantes que se unirán al mundo playero sin humos: Samil, O Vao y las islas Cies .Al fumador se le debe intentar concienciar, nunca perseguir, puesto que hacer esto último sería un gran error. O montamos policías/vigilantes de playas que persigan a los fumadores o el resto es como el humo, nace y muere en el mismo instante después de recorrer los pulmones del fumador.
La iniciativa para que los fumadores dejen de contaminar al que está cerca en esos centímetros cuadrados de playa, se inició en 2016 en Baiona, para demostrar que si se quiere se puede tener una convivencia armónica y en paz entre los moradores de las playas. Algo así como cuando los nudistas comparten arenales con los que usan bañador. Ponerle puertas al humo playero es lo mismo que hacerlo con las denominadas puertas al campo. Es una tarea de concienciación, nunca de prohibición. No olvidemos que a los humanos todo lo prohibido nos atrae mucho más que lo establecido dentro de los limites justos y de concordia.
Los fumadores tienen que ser conscientes de que una colilla enterrada en la arena, aunque este apagada, tarde cientos de años en desaparecer y deshacerse y suelen ser pasto de las aguas que las transporta a lo más profundo de nuestros mares. No digo que no fumen, pero deben hacerlo en zonas más o menos controladas para que todos podamos tener una convivencia en paz en nuestros arenales.

Puertas al humo playero

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