El Ministerio de Sanidad y las comunidades aprobaron ayer la Estrategia de Salud Cardiovascular (Escav), en la que recomiendan promover la dieta mediterránea en la restauración sin incluir el consumo de alcohol y regular la obligación de que los locales oferten por defecto agua del grifo.
Así consta la Estrategia, en cuya elaboración han trabajado un Comité Científico formado por multitud de sociedades y especialistas como cardiólogos, médicos de familia, intensivistas o salubristas, y otro institucional integrado por técnicos de Sanidad y Consumo y de las comunidades.
Lo que proponen los expertos en el documento es el fomento de un estilo de vida saludable para evitar el impacto de las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de las muertes en nuestro país: en 2020, una de cada cuatro (119.853, el 24,3%) se produjeron por este tipo de patologías, por encima de los tumores (22,8%).
Ante este escenario plantean 32 objetivos divididos en ocho ejes centrales para reducir este impacto y promover la salud cardiovascular en la ciudadanía mediante el desarrollo de un “abordaje integral que facilite la adopción de estilos de vida y entornos saludables y sostenibles”.
Lo cual pasa por evitar los principales factores de riesgo de estilos de vida, todos ellos prevenibles (no como los biológicos, como la edad o el sexo, que no son modificables): la alimentación no saludable, el sedentarismo y la falta de actividad física, el consumo de tabaco y de alcohol.
Con este propósito, recomiendan, entre otros consejos, “regular la presencia y contenido de alimentos y bebidas en las cafeterías y máquinas expendedoras de las instituciones de la administración pública y todos los centros educativos, públicos o privados, de forma que mayoritariamente se oferten productos saludables y bebidas libres de alcohol”.