Han pasado unos meses desde la última vez que El Ideal Gallego habló con Gloria y nada nos produce más dicha que saber que está igual que en mayo de 2023, su enfermedad en estos meses parece no haber avanzado. Son buenas noticias -las mejores- dentro del duro proceso en el que se encuentra esta mujer de 58 años.  Desde el diagnóstico, en 2021, Gloria enfrenta la ELA con una mezcla de determinación y realismo. "Te dicen que te mueres y tienes que seguir viviendo," dice con resignación, marcando el tono de una lucha diaria contra una enfermedad sin cura. Cada día y cada hora, se convierten en un valioso regalo que Gloria se esfuerza por vivir al máximo junto a su compañero de vida, Fabián, siempre a la sombra, pero sin soltar su mano y la esperanza de sumar mucho momentos juntos.  A pesar de los crecientes desafíos físicos que le roban la movilidad, Gloria sonríe desde su casa de Carballo, afable, disfrutando de su día a día. 

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Gloria nos lleva por su historia, desde el impactante diagnóstico hasta la adaptación a una nueva realidad donde actividades tan simples como comer o dar un paseo se transforman en obstáculos monumentales. Por las mañanas suele estar muy activa y una de las cosas que más le gusta es ponerse al día con lo que pasa en el mundo. Las tardes, en cambio, son más tranquilas y procura descansar. Su relato pone de relieve la progresión de la ELA y cómo esta condición moldea su existencia. Pero más allá de los desafíos físicos, emerge una narrativa de resistencia y constante adaptación. “Ahora lo que hago es vivir cada horita, y si cada horita la voy llevando más menos bien, me pongo contenta, es un triunfo”, comenta Gloria. A través de la risa y el apoyo de su marido y su hijo encuentra fuerzas para seguir adelante. Quizás lo que más le duele es la falta de avances médicos contra la ELA, poniendo en tela de juicio la priorización de recursos y la urgente necesidad de investigación. “No ha habido absolutamente nada, ningún estudio. Quizás yo ya no lo pueda ver, pero ojalá a quien se le diagnostique a futuro pueda tener más esperanza”.

Su historia es una llamada a la conciencia social, destacando la importancia de la empatía, el apoyo y el compromiso con aquellos pacientes y sus familias en situaciones similares. Gloria habla de todo y no se escapa de hablar de la eutanasia. "Yo quiero vivir," declara con fuerza, una afirmación simple pero poderosa que encapsula su desafío diario. Este deseo de vivir es la ilusión que mantiene viva cada día a Gloria, testimonio de la capacidad humana para enfrentarse a la adversidad con esperanza y determinación.

Su historia no solo es un retrato íntimo de la lucha contra la ELA sino también un recordatorio de la importancia que tiene la comprensión social, el apoyo psicológico y la necesidad de avanzar en la investigación y el tratamiento de enfermedades devastadoras. Gloria, con su fuerza y su sonrisa, se convierte en un ejemplo involuntario, invitando a todos a reflexionar sobre el valor de la vida y el poder del espíritu humano. Gloria será una de las historias que se darán a conocer en la gala benéfica Ventana Solidaria organizada por Palexco.

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