Yolanda presenta su disfraz

La izquierda mediática y política están que echan humo. El tiempo pasa y la legislatura se acaba y con ella puede acabarse el chollo para miles de afiliados que se han instalado en la vida pública como si no hubiera un mañana. Ministras, secretarias de estado, directores generales, asesores etc., ven en peligro esta vida padre que se están pegando y se agarran a un clavo ardiendo para intentar seguir pisando moqueta. El problema que tienen es ese pequeño detalle de las urnas que, si les dan la espalda como anuncian las encuestas, se quedan tirados y con el convencimiento de que, en la vida real, fuera de la política, no encontraran un sueldo como el que disfrutan ahora con cargo a las cuentas públicas. Pero, ¿Cómo conseguir permanecer? Esta es la cuestión. 
 

La izquierda a la izquierda del Psoe procede mayoritariamente del partido comunista y sabe muy bien, como reconocen en privado, que la marca Partido Comunista no es comercial, no vende y desde hace muchos años han buscado diversas marcas para engañar al electorado para que les voten sin saber que, al final, se trata del Partido Comunista. Es posible que los más de 100 millones de muertos que arrastra el comunismo en su larga historia, no sea un atractivo electoral y es por ello que se desviven en cada elección por buscarse un disfraz amable que ayude a confundir a los electores. Así empezaron con Izquierda Unida y dulcificaron su imagen, pero con escaso éxito electoral, intentaron lo mismo a nivel autonómico y municipal, Podemos y las mareas y desde ahí obtuvieron resultados dignos, tan dignos como efímeros porque apenas unos años después, pocos, por cierto, se están diluyendo como azucarillo en el café. Hay que inventar un nuevo disfraz que les sirva de salvavidas y ahí aparece Yolanda Díaz, maestra en traiciones y deslealtades a todos salvo a una cosa: su confesado comunismo activo que tantos beneficios personales le ha procurado. 
 

Es verdad que esta Yolanda se disfraza bien, ya no viste el pañuelo palestino (Kufiya), ahora prefiere Loewe y ropas de marca de esas que venden en la calle Serrano, pero el refranero español la descubrió antes de que ella naciera: “aunque la mona se vista de seda…”. Desde los medios de izquierdas ya no saben como ensalzarla, todos los días y a todas horas, en tertulias, informativos y tabloides de toda España, la promocionan como la gran esperanza blanca de la izquierda asilvestrada para intentar renovar el gobierno Frankenstein que Rubalcaba denostaba y al que Sánchez se aferra como tabla de salvación. Para ello deben destruir Podemos y Yolanda de remangó sin dudarlo para servir de ariete contra aquellos que la hicieron vicepresidenta, cosa que nunca llegó a soñar, eso sí, designada por el dedo del traicionado Pablo Iglesias, aunque ahora diga que no le gusta su designación digital, lo cual es una contradicción porque ha sido el dedo de Pedro Sánchez el que la ha designado para liderar este nuevo disfraz que mañana presenta. 
 

Es sibilina porque presenta su “invento” a pocos días de unas elecciones autonómicas y municipales que pueden ser la tumba de Podemos, ella no quiere participar de ese entierro y por eso marca distancias ahora. España no es comunista y la demoscopia lo retrata bien, el disfraz le puede servir para lograr un puñado de diputados y flotar sobre el cadáver de Podemos. Ustedes ya saben quién, en naufragio, abandona el barco en primer lugar.

Yolanda presenta su disfraz

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