Los que está ocurriendo en los últimos tiempos en la política nacional se me asemeja a los compases que nos pueda ofrecer, de echo nos ofrece, el sonido que sale de una gaita gallega. Rizando un poco más el rizo prosaico a mi memoria me vienen otros sonidos que también son aplicables aquí. Los que acompañan a un cuento popular, “El flautista de Hamelín”, o la ópera “La Flauta Mágica”.
El primero de los casos es una leyenda alemana que narra el seguimiento de ratones, primero, y niños después, al sonido de una flauta muy especial. Y en el segundo, con música y letra muy escogidas, se nos habla de un seguimiento en este caso hacia una ideología o forma de actuar y pensar ante la vida.
Esta variopinta mezcla de sonidos me sitúa en el momento actual en el que una gaita gallega-metafóricamente hablando- está surcando al aire, insuflada por Alberto Núñez Feijóo, el presidente del PP, marcando el ritmo, el compás de los últimos movimientos en el plano de la política. El político gallego, tan menospreciado, criticado y hasta vilipendiado por las huestes socialistas que salieron en tromba contra él desde el mismo momento que fue elegido para su cargo, aprieta el fuelle de su gaita para marcar un ritmo acompasado y con su melodía dejar en el aire unas notas de cómo debe funcionar este país en estos momentos tan convulsos y de gran desconcierto en el plano de lo económico. Un sonido que ha sido criticado hasta la saciedad pero que ahora van incorporando esos políticos socialistas que siguen sin entenderse y contradiciéndose permanentemente entre sí, pero a los que nos les queda más remedio que lentamente van acogiendo las melodías que salen desde las propuestas que hace Núñez Feijóo, aunque esos políticos no lo reconozcan.
La tranquilidad y el sosiego que salen dese sus posturas políticas debería ser tenidas mucho más en cuenta aunque para ello los gobernantes encabezados por Pedro Sánchez tuvieran que rectificar como lo están haciendo, pero sin reconocerlo.
Dicen los entendidos que rectificar es de sabios. Que se vayan aplicando el dicho.