La culpa de los incendios no está en la ausencia de los presidentes autonómicos o de Pedro Sánchez, porque es suficiente con la presencia de los consejeros de medio ambiente, que siempre tienen a mano a la Guardia Civil y a la UME a través de los delegados o subdelegados del gobierno. El problema es que aunque entre 2018 y 2024 el gobierno central aumentó en 53.167 millones de euros las transferencias a las autonomías, estas redujeron el dinero destinado a cuidar los montes y prevenir los incendios, que seguramente va más allá de limpiarlos. Cuando ocurren estas catástrofes es costumbre española decir que la culpa la tienen todos, que es como decir que nadie la tiene, porque diluyendo las responsabilidades el castigo no alcanza a los culpables. Cuidar los montes, y prevenir y extinguir los incendios, son competencias exclusivas de las autonomías, así que al pan, pan, y al vino, vino.