Créanme si les digo que solo pretendo reflexionar con ustedes, poner negro sobre blanco algunas cuestiones que debemos tener en cuenta cuando decimos que vivimos en la sociedad de la información y de la transparencia. Sencillamente no es verdad.
Recibimos muchas informaciones, eso es cierto, pero un alto porcentaje son noticias falsas, manipuladas u orientadas hacia alguna tendencia que el informador nos oculta. La izquierda maneja los medios y las redes mucho mejor que la derecha, tiene más soportes y una legión bien nutrida de estómagos agradecidos que se han convertido en altavoces de los argumentarios del gobierno, no hay más que escuchar distintas tertulias de radio o televisión para descubrir, sin grandes esfuerzos, las enormes coincidencias en los argumentarios que utilizan, todos en la misma dirección, con el mismo objetivo.
Es tan obvio como reconocer que la izquierda maneja la pancarta y la agitación social, de la mano de los sindicatos, con gran destreza. Basta con echar un vistazo a las cosas que están pasando, las penurias que vivimos, los precios de las cosas y las contradicciones permanentes del gobierno para concluir que, si en lugar de un gobierno de izquierdas en al Moncloa habitara un gobierno de derechas, las calles estarían ardiendo, usted y yo sabemos que esto es así. Hace unos días saltó una noticia que de ser protagonizada por alguien del PP ocuparía las portadas del País y los contenidos de muchas tertulias de radio: el gerente del PSOE valenciano reconoció la financiación ilegal del PSV con Ximo Puig al frente y la justicia está actuando. Ahora recuerden cuando al entonces presidente Camps, del PP, fue acusado de comprar unos trajes pagados por otros, ocupó entonces las portadas de los periódicos durante semanas enteras, pocos sabrán, que Camps tuvo diez denuncias y que nueve de ellas han sido archivadas por la justicia y la décima está en camino. Estos archivos judiciales olvidó recogerlos la prensa de izquierdas y sí, fue el propio Ximo Puig el promotor de algunas de ellas, el mismo que ahora calla con la complicidad de los medios de izquierdas que evitan esta información para no interferir en la campaña de las autonómicas de mayo. Una vergüenza que deja en el peor lugar cualquier código deontológico del periodismo moderno. Pero la cosa cobra tintes dramáticos cuando la desinformación la produce, directamente, el propio gobierno.
Así ocurrió cuando Sánchez anunció la rebaja del IVA en algunos productos de la cesta de la compra, entre los que excluyó carnes y pescados, supongo que pensará que nos alimentamos con pipas de girasol. Lo cierto es que, apenas dos días antes de anunciar la medida, su vicepresidenta Yolanda dijo en rueda de prensa que esa medida era ridícula porque la había propuesto el PP hace meses y que este gobierno no la contemplaba de ninguna manera y fue reforzada su postura por la ministra de hacienda, Sra. Montero que acusó al PP de proponer rebajas de IVA en los alimentos y afeó la propuesta de los populares. La contradicción es evidente, el mismo gobierno dijo una cosa y su contraria y acabó copiando, mal, por cierto, las propuestas del PP. Este análisis no lo verán en grades medios estatales ni en televisiones públicas, se llama sectarismo informativo y en eso también la izquierda tiene grandes capacidades.