“¿Por qué no te callas?”

Los biógrafos de Manolete cuentan que una tarde descansaba en un salón del Hotel Palace de Madrid acompañado de su mozo de espadas y como el diestro llevaba  largo tiempo callado, el asistente quiso romper el largo silencio y le dijo: “maestro, ¡qué bien se está callado!”, a lo que el torero respondió “mejor se está sin decir ná”.  


Rescato esta anécdota -o leyenda urbana que encaja en el perfil del torero- a propósito de la diarrea verbal que padecen algunos políticos a los que se les calienta la boca y hablan más de lo debido o hablan de lo que no deben, como bocazas que estarían mejor “sin decir ná”. El último ejemplo lo protagonizó el ministro de Transportes que acusó al presidente argentino, elegido por su pueblo, de ingerir sustancias extrañas, insinuando que se había drogado.


Su incontinencia verbal, que parece no tener límites, abrió una crisis diplomática con Argentina, el país que acogió a miles de emigrantes españoles, sobre todo gallegos, en el que trabajan ahora decenas de empresas y al que nos unen lazos familiares, culturales, deportivos, además de económicos, con raíces muy sólidas.  


En el lenguaje coloquial hay un dicho que enriquece el refranero popular: “nunca faltou home para home”. El presidente argentino se revolvió contra las insidias del ministro y entró en el cuerpo a cuerpo para recordar al presidente español que tiene problemas de los que ocuparse, como los de su esposa con la justicia, de mantener la unidad del Reino o de las políticas socialistas que “traen pobreza y muerte”.  


El comunicado de la Oficina del Presidente argentino puede ser muy exagerado. Pero, ¿qué esperaban, que Milei pusiera la otra mejilla ante la difamación perpetrada por el ministro?. La respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores español es muy comedida y diplomática, pero no hizo referencia alguna, ni pidió disculpas por los exabruptos demenciales e innecesarias del señor Puente.  


Crear una crisis diplomática entre dos países amigos es una torpeza que va contra el espíritu de las relaciones internacionales basadas en la cooperación y el entendimiento mutuo, el respeto y el diálogo. Esa torpeza pone en peligro años de trabajo conjunto, intercambios comerciales, acuerdos bilaterales y resquebraja la confianza mutua entre dos países amigos.


Comparen la conducta frívola e irresponsable del ministro de Transportes con la sensatez del presidente Rueda que viajó a Argentina y mantuvo conversaciones afables y empáticas con las autoridades del país para aportar tranquilidad y apoyo a las empresas y a los gallegos que trabajan en buques y factorías pesqueras y en empresas de otros sectores. No sé decir si el ministro Puente adora el protagonismo o ya llegó a un nivel de incompetencia “pujante”. Es decir, al Principio de Peter. “¡Por qué no te callas!, dijo el Rey Juan Carlos a Chávez. Pues eso.

 

“¿Por qué no te callas?”

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