La inflación y sus efectos perversos sobre salarios y rentas es la gran preocupación que ocupa a los españoles. Y no únicamente. Organismos nacionales e internacionales un día sí y otro también alertan de la necesidad de llegar a algún tipo de pacto para luchar eficazmente contra ella. Como con mucha prisa y por hacernos creer que están en ello, Calviño se reunía esta semana con los agentes sociales. Sin embargo, la mesa se levantó y no se volverá a reunir hasta después del verano. No parece, por tanto, que sea algo excesivamente prioritario para el Gobierno. Es lógico, por otro lado, que los empresarios pidan que se actúe también sobre los salarios públicos y que los sindicatos pidan subidas salariales acordes con el IPC. Así que para que nos vamos a molestar más. Que pase el verano y ya veremos. La irresponsabilidad vuelve a ser la tónica de este Gobierno para afrontar los problemas reales de los españoles.
Además, tampoco en él área energética parece que se vaya a hacer nada más. Nos amenazan con problemas graves en unas semanas, pero no funcionan ni las bajadas de impuestos ni la excepción ibérica o tope del gas. Se suponía que julio iba a traer un alivio en las facturas. Ahora, parece que tampoco será este mes y poco más. Si acaso, los consejos de toda la vida para consumir menos, usar el coche sólo lo imprescindible, pasar calor en verano y frío en invierno. Mientras, el Gobierno no quiere ni oír hablar de reducir gastos a pesar de que, no sólo la AIReF, el Banco de España o el PP, sino distintos informes publicados señalan miles de millones que se pueden recortar sin afectar a lo básico.
El ejecutivo sigue dándole patadas hacia adelante al balón esperando el milagro. Sin embargo, cada día que pasa las cosas van a peor, se van complicando más y ya son múltiples las voces que empiezan a poner en su vocabulario el término recesión en los próximos meses, si se corta la llegada de gas ruso a Alemania, o para el próximo año en todo caso. En España ya ven, consejitos, acuerdos para el otoño si eso y poco más. Eso sí, nos siguen diciendo que la economía crece de forma potente y que el empleo se crea mucho y además de calidad, aunque nada más lejos de la realidad. Pero, qué importa, los ministros con el presidente a la cabeza se van de vacaciones y a la vuelta Dios dirá.