La izquierda retratada

Los lectores habituales de esta columna semanal, recordarán las muchas ocasiones en las que analicé la capacidad de la izquierda para auto perdonarse sus pecados con enorme generosidad consigo misma. A pecados idénticos, si son cometidos por la derecha son mortales de necesidad mientras que si es la izquierda la que peca, son cosas veniales, cosillas sin necesidad de penitencia.  La líder de Más Madrid, el partido de Errejón y látigo de castigo contra todo lo que no sea izquierda, nos ha regalado el mejor y más claro ejemplo de lo que digo. Fue el miércoles pasado cuando la señora García, doña Mónica, saltaba a los medios de comunicación para exigir la dimisión del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, señor Ossorio, por haber percibido una ayuda de 192 euros para aliviar el incremento de la factura energética. Ossorio, siguiendo el consejo de su asesor fiscal, se incluyó en esa ayuda por ser padre de familia numerosa, como exige el decreto que promulga esas ayudas. Podemos decir pues, que Ossorio cumplió las obligaciones que exigían la percepción de esas ayudas. 
 

Disparató Mónica Garcia para que Ossorio no llegara ni al medio día como vicepresidente, pretendiendo cobrarse la cabeza del político madrileño y hombre fuerte en el equipo de la presidenta Ayuso. Pero claro, el karma funciona y pocas horas después de proponer la guillotina para Ossorio, se descubrió que la propia Mónica García percibía, porque así lo solicitó su marido, la misma ayuda que Ossorio. Claro, conocido lo cual, muchos pensamos que esa izquierda exigente con los demás, procedería inmediatamente a pedir la dimisión de la propia señora García, incluso algunos pensaron que no haría falta, que sería la propia política de Más Madrid la que presentaría de inmediato su dimisión, como consecuencia lógica de sus propios planteamientos apenas tres horas antes. Pues nada de nada. Esa izquierda exigente y cada vez más asilvestrada miró para otro lado, la señora García se justificó diciendo que sí había recibido la ayuda pero que no se enteró y que de dimitir nada de nada, que todo quedaba en un error perdonable para ella por ser de izquierda. 
 

Ocurre que llueve sobre mojado porque aquí, en Madrid, la gente tiene memoria y algún amigo me recordó que la señora García, muy de izquierdas ella, ya había tenido que devolver a la Comunidad 13.000 euros que había percibido indebidamente, cuando por una baja médica no podía ejercer su profesión y decidió, estando de baja, anunciar en la cámara madrileña que tendría dedicación exclusiva al parlamento de Madrid. 
 

Si este sucedido hubiera sido protagonizado por un diputado de la derecha, la propia García le habría saltado a la yugular sin pensarlo un segundo. En este orden de cosas, otro izquierdista de conveniencia, el ministro Marlasca, dijo en el parlamento nacional que el caso que se está juzgando y que afecta al ex ministro Fernández Díaz, era el caso más grave que había ocurrido en democracia en España, obviando maliciosamente sin duda, un asuntillo que protagonizó un gobierno socialista y que se conoció como el caso “GAL”. Insisto, la izquierda es muy indulgente… ¡con ella misma!

La izquierda retratada

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