Revolviendo en el “baúl de la memoria” tropezaba el pasado octubre con una edición del resumen de las jornadas denominadas “Iniciativa24”, celebradas en el mismo mes de 2.004; han pasado veinte años, lo que te hace pensar que el tiempo va mucho más rápido cuantos muchos más años tienes.
Convocadas por la Cámara de Comercio y arropadas por empresarios y cantidad de asociaciones, colectivos y colegios profesionales; durante 24 horas en las instalaciones del recinto ferial ―que lamentablemente estamos dejando desaparecer―, se debatió una vez más, soluciones y acciones para superar las ya recurrentes crisis industriales. Siendo en ese momento miembro del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Ferrol, tuve la ocasión de presentar una ponencia sobre la historia y futuro de la ciudad tan dependiente del Estado. Entre otras cuestiones, reconocía: «Las dificultades actuales para las inversiones, más que justificadas y claves para el desarrollo local, como son la llegada del AVE, segunda fase y accesos al puerto exterior o la creación de polígonos industriales» Pasados veinte años y revisando la actualidad, dependiendo del ánimo de cada uno, se podrá ver “la botella medio llena o medio vacía”. La terminación de las instalaciones portuarias y sus accesos, incluyendo en breve tiempo el ferrocarril, son un avance importantísimo; teniendo en cuenta que un buen número de operadores ya se han establecido en sus terrenos. Por otro lado, está claro, que las merecidas aspiraciones ferrolanas siguen, “machaconamente”, pendientes. A día de hoy una población insuficientemente comunicada, corre riesgos de marginación. Poco más se puede decir sobre la situación del ferrocarril, y ya asumimos que no llegará la alta velocidad, aunque se aspire a una infraestructura de este siglo. Aun reconociendo que en estos últimos años, y en un futuro próximo, asistimos a una verdadera revolución urbanística, la falta de suelo industrial ―en el término municipal― lastra, en parte, el despertar que estamos viviendo. Una circunstancia clave para una población es que cuente con puestos de trabajo; es básica para el resto de avances. El suelo industrial, ya planificado y comunicaciones, es fundamental para atraer inversión diversificada. En estos momentos la EPA atribuye a la urbe de Ferrol el índice de desempleo más bajo de las ciudades gallegas, un 6%; siendo la media del país de más de un 11. Si no se aprovechan estas circunstancias del naval y de la industria de eólica marina, en unos años volveremos a descender del pico de la montaña rusa que nos persigue en la historia.