Teniendo en cuenta que el aprendizaje está en la propia vivencia de cada uno y que forma parte de un natural complemento existencial, que nos crece o nos decrece como personas, será bueno entrenar y bucear por nuestra propia historia, y así, poder darle abecedarios lúcidos a la mente para pensar. Naturalmente, hoy más que nunca se requieren de lugares de reflexión, aunque sólo sea para pararse y verse, más allá del ámbito profesional y técnico, pues lo importante no son únicamente los conocimientos, también las actitudes a tomar, lo que supone ese desgajamiento interior en búsqueda permanente, para no caer en el pésimo estado de la indiferencia. Puede que no esté en nuestras manos cambiar una situación desastrosa, pero podremos escoger un talante de lucha para sumar corazones. De ahí, la importancia de una práctica de discernimiento, porque al fin siempre tendremos que dar cuenta de la posición de rechazo o de aceptación. Lo que no es de recibo es cruzarnos de brazos, pasar página y no implicarnos en nada. No olvidemos que, en la modelación de un sistema existencial, en el que el linaje se enraíza con la subsistencia responsable, cada cual desde su perspectiva y situación, es donde radica el mejor obrar.
Sea como fuere, nunca ha sido bueno permanecer en la ignorancia, como pieza de abandono y desprecio. Para empezar con el cambio, tenemos que ser conscientes de la importancia de las zonas de aprendizaje real, que son las que verdaderamente nos revitalizan y nos transforman, a través de sus coexistidas enseñanzas, auténtico fermento viviente en medio de una insensible masa, que requiere volverse humana, en medio de tantos huracanes deshumanizadores. Hemos de salir, por tanto, de este clima hiriente de encontronazos entre sí, para reencontrarnos e inda gar con pasión, en esa síntesis humanista entre el valor y la valía, para no caer en el absurdo endiosamiento individualista. Personalmente, estoy convencido de que un ser humano, que tome la historia como una lección de instrucción permanente, revisará sus andares y acudirá a esos sitios de pensamiento y libertad, donde se fomenta la creatividad, la coherencia en la acción con el hacer, sabiendo que nadie se supera por sí mismo, y que todos aprendemos de todos.